El Ayuntamiento de Minas de Riotinto está inmerso en el desarrollo de la restauración del cementerio presbiteriano construido por la Rio Tinto Company Limited en 1879, y que es un importante exponente del legado inglés.
La alcaldesa de Riotinto, Rosa Caballero (PP), ha presentado el proyecto a Sam Walsh, consejero delegado de la Rio Tinto Pcl, quien recientemente ha visitado el municipio al objeto de conocer los orígenes de la compañía.
En dicha visita estuvo acompañado por Rafael Benjumea, Presidente de la Fundación Río Tinto y por Javier Targhetta, Consejero Delegado de Atlantic Copper, Vicepresidente de la Fundación y Vicepresidente de Marketing y Ventas del Grupo norteamericano Freeport-McMoRan, ha informado la fundición en un comunicado.
En agosto de 2013 el Ayuntamiento de Riotinto logró la cesión del cementerio para el municipio por el precio simbólico de un euro y desde entonces trabaja para lograr la financiación para sacarlo adelante, ya que implica la limpieza, la recuperación y restauración y su reconstrucción según el original.
Tras conocer el proyecto Walsh ha anunciado que Rio Tinto Plc contribuirá con 20.000 euros en los próximos tres años para la restauración del cementerio, comprometiéndose las dos partes a hacer un seguimiento directo del avance del proyecto.
Rio Tinto Plc es una compañía con más de 140 años en el mercado de la minería y refino de metales, que durante décadas tuvo grandes vínculos con esta región desde que en 1873 el consorcio británico, Riotinto Company Limited, una de las empresas fundadoras del actual Rio Tinto Group, adquiriera al gobierno español las Minas de Riotinto y que desde entonces y hasta 1954 fue adjudicataria de la explotación minera en Minas de Riotinto.
El origen de este camposanto hay que buscarlo en la Río Tinto Company Limited (RTCL), que levantó en Riotinto, a la vez que explotaba sus minas, su cementerio, su barrio, Bellavista, y su iglesia presbiteriana, con los primeros enterramientos datados en 1877.
El cementerio cuenta con 56 tumbas, 47 protestantes y nueve católicas, estás últimas ubicadas en la ampliación que se realizó en 1931, y el paso del tiempo ha hecho que se pierdan algunas de sus joyas, como la capilla en memoria de Robert Russell, fallecido en 1935 en Inglaterra, y que fue el jefe del departamento de las minas entre 1889 a 1927.