Este es el penúltimo artículo que escribo sobre las elecciones autonómicas a la comunidad andaluza, porque como bien saben, será en el próximo día 22. Los políticos de los distintos partidos están trabajando con gran ardor en una campaña en la que no se dan tregua día y noche.
Una campaña marcada por la corrupción, una campaña plagada de falsas promesas, una campaña llena de novatos, una campaña en la que el malo es el rival, una campaña, en definitiva, que olvidarán en cuanto ocupen las poltronas en el Parlamento…
Por eso antes de depositar nuestro voto en la urna, conviene reflexionar para tener en cuenta qué se ha conseguido después de más de 30 años de socialismo. Es hora de cambiar. No se puede permitir que no se utilice el peso político que Andalucía tiene en el Parlamento nacional.
El socialismo andaluz ha construido un sistema de gobierno ofreciendo una mezcla de pasado y de fracaso como no existe en ninguna región de la Comunidad Europea. Económicamente seguimos prácticamente igual que en 1980 donde el producto interior bruto per cápita andaluz era del 74 por ciento del nacional, y actualmente es del 77 por ciento, a pesar que, desde el ingreso de España en la Unión Europea, Andalucía ha recibido casi 80.000 millones de euros de fondos comunitarios y otros tantos iguales de transferencias del Estado.
El próximo viernes día 20 les contaré qué pasa con el empleo en Andalucía, después de tres décadas y media de gobierno socialista. Hasta entonces, vayan reflexionando.