Las cuentas del Estado registraron hasta marzo un déficit de contabilidad nacional de 7.586 millones de euros, el 0,69% del PIB, lo que contrasta con el superávit de 3.387 millones conseguido en los tres primeros meses de 2008.
En términos de caja –que computa los ingresos y los pagos cuando se efectúan, y no cuando se comprometen–, el Estado tuvo ya entre enero y marzo un déficit del 11.345 millones de euros, frente al superávit de 1.272 millones que alcanzó en el mismo periodo de 2008.
Según señaló en rueda de prensa el secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos, Carlos Ocaña, el déficit del Estado debe analizarse teniendo en cuenta el aumento del gasto que han provocado las diferentes medidas que el Gobierno ha tomado para aumentar la liquidez de las empresas y las familias.
Así, insistió en que se están destinando muchos recursos a medidas “paliativas”, que ayuden a afrontar el momento “más álgido” de la crisis, entre las que citó el Fondo de Inversión Local, y que deberán desaparecer cuando se inicie la recuperación.
No obstante, admitió que la caída de la recaudación de impuestos se debe a la debilidad de la economía y refleja tanto la flojedad de la actividad y del mercado laboral como la atonía del consumo.
Así, los ingresos no financieros del Estado se redujeron el 18,1% con respecto al primer trimestre de 2008, un 11,9% si se deduce la participación de las Administraciones Territoriales en el IRPF, el IVA y los impuestos especiales.
Ocaña reconoció que el Gobierno tendrá que revisar no sólo sus previsiones de evolución del PIB, sino también las de déficit, a la vista de la evolución económica, y se hará cuando el Ejecutivo apruebe el techo de gasto para el año que viene, una cifra que, aseguró, aún está sin cerrar.
La crisis también ha hecho mella en la Seguridad Social, que ha visto reducir su superávit hasta marzo en casi una cuarta parte. Así, el saldo positivo fue hasta marzo de 8.249,24 millones de euros, lo que supone el 24,16% menos que un año antes.