Un año después de la firma del divorcio de la infanta Cristina e Inaki Urdangarín, y tras su separación a finales de enero de 2022 al salir a la luz la relación extramatrimonial que el ex duque de Palma mantenía con Ainhoa Armentia, su entonces compañera de trabajo en una asesoría de Vitoria, hemos visto por fin a Juan, Pablo, Miguel e Irene Urdangarín con la nueva pareja de su padre.
A pesar de que loa jóvenes han intentado retrasar este momento por respeto a su madre, finalmente estas Navidades se han producido la imagen que a la hermana del Rey Felipe VI nunca le hubiese gustado tener que ver, la de sus hijos disfrutando de sus vacaciones en la ciudad alavesa junto a Ainhoa.
JUNTOS, PERO NO REVUELTOS
Iñaki y Armentia comparten su vida desde hace más de tres años, y hace ya uno que conviven en un apartamento en la misma urbanización de Vitoria en la que reside la madre del exjugador de balonmano, Claire Liebaert. Y, enamoradísimos, se rumorea que estarían planteándose darse el 'sí quiero' en una ceremonia íntima y alejada de los focos. De ahí que aunque en un principio se mostrasen reticentes a conocer a la administrativa -principalmente Irene, que tiene una unión especial con su madre- los nietos del Rey Juan Carlos han decidido dar un paso al frente y normalizar su relación con la novia de su padre.
Y con motivo de su viaje a Vitoria para pasar unos días en Navidad con su familia paterna, hemos sido testigos del primer encuentro público entre los hijos de la infanta Cristina y Ainhoa.
Demostrando que son una piña, los Urdangarín aprovecharon las buenas temperaturas para disfrutar de una caminata por la montaña alavesa, en la que también hubo tiempo para reponer fuerzas en un merendero entre risas y confidencias. No con la novia de su padre, ya que manteniendo las distancias, no se vio ni a Juan, ni a Pablo, ni a Miguel, ni a Irene conversando con la vitoriana en ningún momento.
Mientras Ainhoa, en un discreto segundo plano en todo momento y con un atuendo deportivo con mallas negras y chaqueta técnica en naranja, se limitó a caminar al lado de su novio y de uno de los cuñados de Iñaki, los hijos de la infanta Cristina lo hicieron relajadamente junto a algunos de sus primos, varios metros por delante de la pareja, dejando clara su poca cercanía al amor de su padre.
Tampoco durante el descanso en el que disfrutaron de un aperitivo y un refresco en un merendero, ya que mientras Ainhoa se sentó en torno a una mesa de madera junto a la familia Urdangarín, Pablo, Miguel a Irene prefirieron sentarse en una roca junto a una de sus primas, aprovechando para inmortalizar entre risas el momento en un selfie. Juan, sin embargó, si se acercó a donde estaba la novia de su padre para charlar con sus familiares, aunque no se le vio interactuar con la vitoriana en ningún momento.
Para poner el broche de oro a esta jornada navideña tan especial en plena naturaleza, el grupo se hizo una fotografía para el recuerdo y, una vez más, los hijos de la infanta Cristina optaron por situarse en el lado opuesto al de Ainhoa, dejando entrever que aunque aceptan su relación y están felices por su padre, no están cómodos al lado de su novia.
