Según ha podido saber Viva Huelva, la situación prácticamente ha llegado a un punto de no retorno y la falta de comunicación entre las dos partes es más que evidente, tanto que los trabajadores están cansados de remitir escritos a su director que nunca obtienen respuesta.
Al margen de quién o quiénes sean los responsables de esta situación, lo más preocupante es que el mal ambiente laboral que se respira en el centro de salud está teniendo sus consecuencias. Así, según las fuentes sanitarias consultadas por este periódico, la Casa del Mar es el único centro de salud de los siete de la capital que ha suspendido en materia de productividad o cumplimiento de objetivos con respecto al pasado 2010.
De hecho, el resto están incluso por encima del aprobado: Los Rosales y La Orden obtienen un bien; Torrejón, El Molino y Adoratrices rondan el notable; e Isla Chica supera el ocho en la evaluación del cumplimiento de objetivos.
Sin embargo, aunque la Casa del Mar suspende, no así su director, que al menos ha obtenido una evaluación de “aprobado para arriba”.
Esa evaluación se traduce después en retribuciones económicas, y es precisamente el director de cada centro de salud el que realiza esas evaluaciones, por lo que no es de extrañar que el ambiente se haya enrarecido en los últimos meses. Mientras, el Distrito Huelva-Costa, del que depende el centro, es conocedor de la situación pero “no hace nada”.
Los índices de productividad
Cada año se fijan unos criterios u objetivos para el personal de sanidad con un valor determinado. Una vez finalizado el año, se realiza la evaluación y se obtiene un valor de grado de cumplimiento.