Fernando Hierro: ?Si hay un culpable de mi marcha soy yo?
Admite discrepancias con Jorge Pérez, pero no lo señala como causa de su marcha.
Fernando Hierro vive sus últimas horas como director deportivo de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Cierra un ciclo de cuatro años sin escuchar las peticiones de los que le rodean para que continúe. “Si hay un culpable de mi marcha soy yo”. Se toma un tiempo para decidir su destino.
Admite Hierro discrepancias con Jorge Pérez, secretario general de la RFEF en una entrevista con Efe. Pero no las señala como causa de peso para su marcha. Se creó el puesto con su llegada y deja a la selección española en el mejor momento de su historia. Campeón de Europa y del mundo. En cuatro años de largas horas de trabajo, formó parte del equipo de Vicente Del Bosque, modificó seleccionadores de categorías inferiores y siempre estuvo cerca del jugador. En seis meses decidirá un nuevo rumbo. No descarta volver a su casa, el Real Madrid.
—¿Por qué ha decidido cerrar su etapa en la Federación?
—No hay ninguna causa importante. Es el final de una etapa después de cuatro años como director deportivo de la Federación. El fin de un ciclo antes de analizar internamente que quiero para mi futuro. El puesto no es un sitio para que yo esté más tiempo. La gente puede pensar que con los resultados deportivos buenos como me voy en este momento, pero detrás hay años de mucho trabajo. Es el mejor momento para irse. Las cosas están bien. Hay una buena base. Mejor que te vayas antes de que te echen.
—¿Existen discrepancias importantes con el presidente Ángel María Villar o el secretario general Jorge Pérez?
—Muchos piensan que sí, que puede haber cosas por dentro. No entienden que me vaya y lo acepto. Pero la verdad es que hay normalidad. La tranquilidad de alguien que ha decidido que se ha cumplido un ciclo. No es por Villar ni por Jorge. No voy a poner nombres.
—¿Tan distante están su forma de pensar y la de los directivos?
—Todo el mundo tiene claro que con un secretario general se tiene más desgaste en el día a día por tener que tomar decisiones juntos en las que puedes estar o no de acuerdo. Es lógico. Mi relación con el presidente es tan fantástica como con todos los seleccionadores. Con Jorge es buena. Opinamos distinto pero no hay una diferencia tan grande como para señalarlo como la causa. Es un conjunto de cosas que me hace pensar que ha terminado una etapa. No hay culpables.
—¿De qué se marcha orgulloso?
—Fue un orgullo que la Federación se interesase por alguien que no tenía formación y crease la figura de director deportivo. Siempre estaré agradecido. Al principio se preguntaban para que crearla porque chocaba con la de seleccionador y tras cuatro años esa visión ha cambiado. Ahora dicen que hay mucho trabajo y se necesita una dirección deportiva. Se ha hecho un buen trabajo. No hubo un gran cambio pese a que traje a personas de mi confianza.
—¿En qué ha centrado su labor de director deportivo?
—Me habré equivocado muchas veces y he rectificado buscando lo mejor. Me he ocupado desde las primas y publicidad de la selección absoluta, a dirigir veinte personas, marcar la línea de trabajo de las categorías inferiores, que todos los seleccionadores estén juntos, las territoriales de España, viajes a comisiones de FIFA y UEFA. Hay mucho trabajo detrás del cargo. He comido con directores deportivos de las selecciones más importantes del mundo. En ellos esta figura está por encima incluso de la del seleccionador. En nuestro país no puede ser. Por eso he estado en segunda línea.
—El equipo de trabajo de Del Bosque se queda huérfano.
—Cuando he hablado con Vicente le he transmitido mi opinión. Fue el primero con el presidente en conocer mi decisión. Va a ser muy difícil que haya un director deportivo que tenga la relación que tengo yo con el seleccionador.
Admite Hierro discrepancias con Jorge Pérez, secretario general de la RFEF en una entrevista con Efe. Pero no las señala como causa de peso para su marcha. Se creó el puesto con su llegada y deja a la selección española en el mejor momento de su historia. Campeón de Europa y del mundo. En cuatro años de largas horas de trabajo, formó parte del equipo de Vicente Del Bosque, modificó seleccionadores de categorías inferiores y siempre estuvo cerca del jugador. En seis meses decidirá un nuevo rumbo. No descarta volver a su casa, el Real Madrid.
—¿Por qué ha decidido cerrar su etapa en la Federación?
—No hay ninguna causa importante. Es el final de una etapa después de cuatro años como director deportivo de la Federación. El fin de un ciclo antes de analizar internamente que quiero para mi futuro. El puesto no es un sitio para que yo esté más tiempo. La gente puede pensar que con los resultados deportivos buenos como me voy en este momento, pero detrás hay años de mucho trabajo. Es el mejor momento para irse. Las cosas están bien. Hay una buena base. Mejor que te vayas antes de que te echen.
—¿Existen discrepancias importantes con el presidente Ángel María Villar o el secretario general Jorge Pérez?
—Muchos piensan que sí, que puede haber cosas por dentro. No entienden que me vaya y lo acepto. Pero la verdad es que hay normalidad. La tranquilidad de alguien que ha decidido que se ha cumplido un ciclo. No es por Villar ni por Jorge. No voy a poner nombres.
—¿Tan distante están su forma de pensar y la de los directivos?
—Todo el mundo tiene claro que con un secretario general se tiene más desgaste en el día a día por tener que tomar decisiones juntos en las que puedes estar o no de acuerdo. Es lógico. Mi relación con el presidente es tan fantástica como con todos los seleccionadores. Con Jorge es buena. Opinamos distinto pero no hay una diferencia tan grande como para señalarlo como la causa. Es un conjunto de cosas que me hace pensar que ha terminado una etapa. No hay culpables.
—¿De qué se marcha orgulloso?
—Fue un orgullo que la Federación se interesase por alguien que no tenía formación y crease la figura de director deportivo. Siempre estaré agradecido. Al principio se preguntaban para que crearla porque chocaba con la de seleccionador y tras cuatro años esa visión ha cambiado. Ahora dicen que hay mucho trabajo y se necesita una dirección deportiva. Se ha hecho un buen trabajo. No hubo un gran cambio pese a que traje a personas de mi confianza.
—¿En qué ha centrado su labor de director deportivo?
—Me habré equivocado muchas veces y he rectificado buscando lo mejor. Me he ocupado desde las primas y publicidad de la selección absoluta, a dirigir veinte personas, marcar la línea de trabajo de las categorías inferiores, que todos los seleccionadores estén juntos, las territoriales de España, viajes a comisiones de FIFA y UEFA. Hay mucho trabajo detrás del cargo. He comido con directores deportivos de las selecciones más importantes del mundo. En ellos esta figura está por encima incluso de la del seleccionador. En nuestro país no puede ser. Por eso he estado en segunda línea.
—El equipo de trabajo de Del Bosque se queda huérfano.
—Cuando he hablado con Vicente le he transmitido mi opinión. Fue el primero con el presidente en conocer mi decisión. Va a ser muy difícil que haya un director deportivo que tenga la relación que tengo yo con el seleccionador.
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