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Patio de monipodio

Sanciones desmesuradas

El señor Alfonso Maceda, presidente de los hosteleros sevillanos, tiene todo el derecho del mundo a presentar alegaciones al proyecto de ordenanza..

Publicado: 09/09/2024 ·
18:40
· Actualizado: 09/09/2024 · 18:40
  • Veladores. -
Autor

Rafael Sanmartín

Rafael Sanmartín es periodista y escritor. Estudios de periodismo, filosofía, historia y márketing. Trabajos en prensa, radio y TV

Patio de monipodio

Con su amplia experiencia como periodista, escritor y conferenciante, el autor expone sus puntos de vista de la actualidad

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El señor Alfonso Maceda, presidente de los hosteleros sevillanos, tiene todo el derecho del mundo a presentar alegaciones al proyecto de ordenanza sobre veladores, como ya ha anunciado. La oposición es un derecho inalienable, y nadie se lo va a discutir, aunque, de todas formas, pensamos muchos sevillanos, mejor habría sido no abusar de la ocupación de acercas, calles y plazas, hasta el punto de cortar el paso a los viandantes, situación bastante incómoda de la que, al no ser ellos los perjudicados, en absoluto se han preocupado. Porque queda destacar otra cuestión, y es que al dejar unos pasillos tan minimalistas, tan estrechos, en cuanto un usuario o usuaria de alguno de esos veladores mueve un poco la silla, ese pasillo desaparece, no siempre, porque no siempre existía. En ese caso todavía se hacía más difícil caminar, al rozarse o incluso cruzarse unas con otras, aquellas sillas.

Todo eso podría haberse evitado si hubiera habido algo de buena voluntad, virtud inexistente por lo visto, en estos hosteleros ahora tan celosos con el importe de la multa que les puede caer en caso de incumplir la ordenanza todavía no puesta en vigor. Pero esto añade una interrogante a la credibilidad de las alegaciones anunciadas, en el sentido de si van dirigidas solamente por la razón y el derecho, o por el derecho a rebrincarse por el “problema” que podría suponerles el prescindir de un par de mesas a partir de la puesta en vigor del nuevo reglamento, que por otra parte no habría sido necesario, si en todo momento se hubiera mantenido el respeto y el sentido común por algo al parecer tan escaso como la buena voluntad y el bien común.

Porque, y esta es la cuestión, la oposición manifiesta es dirigida a la cuantía de la sanción, caso de que haya sanción. Pero si se cumple la ordenanza no puede haber sanción, entonces ¿a santo de qué les duele tanto la cuantía de algo tan fácilmente evitable? No vaya a sobreentenderse que los hosteleros están pensando ya en incumplir la ordenanza, mientras el importe de la sanción no alcance al del beneficio de esas dos o tres sillas de más. En eso mejor es no pensar, porque tendríamos que volver al principio.

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