El Banco de España cree que la situación financiera de los hogares ha seguido mejorando por el dinamismo de la economía y la fortaleza del mercado de trabajo y calcula que un 26 % del saldo de hipotecas variables se abaratará entre 50 y 80 puntos básicos este año.
El informe de la situación financiera de los hogares y las empresas del primer semestre publicado este martes destaca que la situación económica actual, junto con una relativa atonía del consumo por parte de las familias, ha contribuido a aumentar la tasa de ahorro, que llegó en marzo al 14,2 % de la renta disponible.
Además, la revalorización de los activos ha seguido ayudando al aumento de la riqueza nominal, que ha ido acompañada de una reducción de la ratio de endeudamiento de los hogares hasta el 72 %, a pesar de que la carga financiera por intereses aumentó ligeramente en términos de la renta en el primer trimestre de 2024.
El efectivo y los depósitos a la vista continuaron perdiendo peso en la cartera de activos de los hogares españoles, a pesar de que la remuneración de los depósitos mejoró hasta el 2,6 % en mayo, 50 puntos básicos menos que la media europea, pero 253 puntos básicos más que a finales de 2021, cuando la remuneración era casi cero.
En cambio, las letras del Tesoro han perdido cierto atractivo tras la ligera caída de su tipo de interés, hasta el 3,4 % a un año en mayo, desde máximos del 3,9 % en octubre de 2023, apunta el Banco de España.
La financiación a hogares
En los últimos meses, aunque permanece en niveles elevados, el coste de la nueva financiación a los hogares se redujo ligeramente y, en el caso de las hipotecas, de forma más intensa, pues disminuyó unos 40 puntos básicos entre octubre de 2023 y mayo de 2024.
Esto contribuyó a que el nuevo crédito para la compra de vivienda siguiera aumentando, si bien el saldo de deuda siguió reduciéndose, a un ritmo cada vez menor, del 1,7 % en tasa interanual en mayo, por las elevadas amortizaciones, algo que no pasa en el resto de países.
Y en paralelo se mantuvo el dinamismo del crédito al consumo, que en mayo crecía un 7,2 % respecto al año anterior, lo que amplía las diferencias con el resto de Europa, donde avanza menos del 3 %.
Todo ello en un momento en el que la ratio de préstamos problemáticos aumentó hasta el 9,7 % a cierre de marzo, con lo que se situó en niveles similares a los de finales de 2019, antes del estallido de la pandemia.
El incremento refleja el repunte de la ratio de crédito en vigilancia especial, que se elevó al 6,3 %, mientras que la morosidad se mantuvo en el 3,3 %, ratios que se sitúan 1,2 puntos porcentuales por encima y por debajo, respectivamente, de los niveles prepandemia.
La financiación a empresas
Desde el pasado otoño, al igual que con los hogares, el coste de la nueva financiación a las empresas se ha reducido ligeramente.
Asimismo, el deterioro en el acceso de las empresas al crédito se habría detenido, si bien se mantendría aún un cierto endurecimiento en la financiación a pymes.
Al mismo tiempo, se habría frenado la caída de la demanda de crédito bancario, aunque seguiría siendo débil.
En este contexto, la financiación captada por las empresas españolas ha dejado de contraerse.
En el primer trimestre de 2024, las ventas de se mantuvieron prácticamente estables, en términos interanuales, con heterogeneidad sectorial, sin embargo, el margen sobre ventas aumentó, según señala el Banco de España.
A principios de 2024, la rentabilidad de las empresas se mantuvo relativamente estable -con la excepción del sector de la energía-, y también sus colchones de liquidez.
No obstante, desde mediados de 2023 la ratio de deuda dejó de caer y la carga financiera ha seguido aumentando, aunque continúa por debajo del promedio histórico.
En el primer trimestre de 2024 repuntó levemente el porcentaje de empresas vulnerables, hasta el 30 %, y se produjo un aumento de las insolvencias, con una ratio del 0,1 %; sin embargo, se mantuvo el dinamismo en la creación neta de empresas, con una proporción sobre el total del 0,6 %.
La ratio de préstamos problemáticos se situó en el 14,2 % en marzo, por la caída de los créditos en vigilancia especial, hasta el 0,9 %, y a pesar del ligero repunte de la morosidad, hasta el 4,5 %, 1,9 puntos porcentuales por encima y 1,6 puntos porcentuales por debajo, respectivamente, de los niveles prepandemia.