El gaditano residente en Yokohama: ?Me enteré del avión a España por la prensa, no por la Embajada"
Ningún representante español se ha interesado todavía por su estado pese a sus contactos.
Francisco Rebollo, gaditano de 37 años, del barrio del Mentidero y residente en Japón con su mujer y tres hijos, no ha vuelto a Cádiz en el avión que fletó el Gobierno para repatriar a los españoles que quisieran abandonar el país nipón por la amenaza de la radiactividad. Se enteró por la prensa de la existencia de ese vuelo pese a que, como asegura, la Embajada Española estaba al tanto de que estudiaba dejar el país. Sin embargo, nadie se puso en contacto con él para preguntarle si quería volver a España o no.
“La Embajada tiene mi teléfono y sabe que estaba pensando en abandonar el país por un tiempo, pero me enteré de lo del avión por la prensa el sábado y partía el domingo para España”, comenta Francisco a Información Bahía desde la ciudad de Yokohama, donde reside.
Francisco, previsor, calculó todas las posibilidades que tenía. Una de ellas era la de regresar a España un tiempo. “Yo no veo razones para abandonar el país, pero al menos la embajada podría haberme llamado para preguntar”, se lamenta este gaditano. “Si la situación se agrava sí que nos iríamos por unos meses seguramente a Cádiz. Obviamente si yo estuviese aquí de vacaciones, en un programa de intercambio, o de visita me iría de inmendiato ya que no tendría ninguna razón especial para quedarme. Pero mi situación es diferente ya que mi vida está aquí. Por eso antes de dar un paso tan importante como irnos, aunque sea temporal, hay que pensárselo bien”, comenta.
“La verdad es que es una pena que los españoles nos sintamos totalmente desprotegidos cuando estamos fuera de España. Nadie se puso en contacto conmigo hasta que yo me puse en contacto con ellos. Y creo que no he sido el único por lo que leo en algunos foros y redes sociales”, dice decepcionado Francisco. “Al menos un email o una llamada cada tres o cuatro días para saber como estamos y darnos algún tipo de información estaría bien. Pues nada”.
“El viernes los llamé otra vez para ver si mi esposa e hijos necesitarían algún tipo de visado en el caso de irnos de aquí. De paso les pregunté por la situación y si tenían alguna recomendación para los españoles viviendo aquí. Lo único que me dijeron es que no era conveniente ir al norte, pero nada más. De momento no tienen ningún plan de emergencia o de evacuación. Menos mal que la compañía para la que trabajo sí que está dispuesta a yudarnos a sacarnos del país a mí y a mi familia. Si tuviese que depender de la embajada de España mal lo llevaba. Una pena la verdad”, apostilla.
La vida en Japón
Francisco expresa su disgusto con el personal diplomático español: “Reitero, nadie de la embajada me ha llamado en ningún momento desde que el teremoto tuvo lugar”.
Este gaditano comenta que la situación comienza a tranquilizarse en Japón, lo cual permite relajar un poco la tensión vivida los últimos días, aunque no del todo. “Seguimos bien. La vida aquí en Yokohama al menos vuelve a ser normal, y parece que la situación en la planta nuclear va mejorando muy lentamente, pero va mejorando”, narra.
“En Yokohama la situación es bastante normal ahora, la vida sigue, la única diferencia es que algunos alimentos escasean y hay que hacer largas colas en los supermercados. Ya no hay tantas réplicas como en los días anteriores”, detalla.
Contrariamente a lo que se da a entender en algunos medios de comunicación, Francisco destaca que no hay una preocupación exagerada por lo que está ocurriendo: “Yo no diría que hay pánico, hay procupación, pero la gente sigue en calma”, repite.
“La Embajada tiene mi teléfono y sabe que estaba pensando en abandonar el país por un tiempo, pero me enteré de lo del avión por la prensa el sábado y partía el domingo para España”, comenta Francisco a Información Bahía desde la ciudad de Yokohama, donde reside.
Francisco, previsor, calculó todas las posibilidades que tenía. Una de ellas era la de regresar a España un tiempo. “Yo no veo razones para abandonar el país, pero al menos la embajada podría haberme llamado para preguntar”, se lamenta este gaditano. “Si la situación se agrava sí que nos iríamos por unos meses seguramente a Cádiz. Obviamente si yo estuviese aquí de vacaciones, en un programa de intercambio, o de visita me iría de inmendiato ya que no tendría ninguna razón especial para quedarme. Pero mi situación es diferente ya que mi vida está aquí. Por eso antes de dar un paso tan importante como irnos, aunque sea temporal, hay que pensárselo bien”, comenta.
“La verdad es que es una pena que los españoles nos sintamos totalmente desprotegidos cuando estamos fuera de España. Nadie se puso en contacto conmigo hasta que yo me puse en contacto con ellos. Y creo que no he sido el único por lo que leo en algunos foros y redes sociales”, dice decepcionado Francisco. “Al menos un email o una llamada cada tres o cuatro días para saber como estamos y darnos algún tipo de información estaría bien. Pues nada”.
“El viernes los llamé otra vez para ver si mi esposa e hijos necesitarían algún tipo de visado en el caso de irnos de aquí. De paso les pregunté por la situación y si tenían alguna recomendación para los españoles viviendo aquí. Lo único que me dijeron es que no era conveniente ir al norte, pero nada más. De momento no tienen ningún plan de emergencia o de evacuación. Menos mal que la compañía para la que trabajo sí que está dispuesta a yudarnos a sacarnos del país a mí y a mi familia. Si tuviese que depender de la embajada de España mal lo llevaba. Una pena la verdad”, apostilla.
La vida en Japón
Francisco expresa su disgusto con el personal diplomático español: “Reitero, nadie de la embajada me ha llamado en ningún momento desde que el teremoto tuvo lugar”.
Este gaditano comenta que la situación comienza a tranquilizarse en Japón, lo cual permite relajar un poco la tensión vivida los últimos días, aunque no del todo. “Seguimos bien. La vida aquí en Yokohama al menos vuelve a ser normal, y parece que la situación en la planta nuclear va mejorando muy lentamente, pero va mejorando”, narra.
“En Yokohama la situación es bastante normal ahora, la vida sigue, la única diferencia es que algunos alimentos escasean y hay que hacer largas colas en los supermercados. Ya no hay tantas réplicas como en los días anteriores”, detalla.
Contrariamente a lo que se da a entender en algunos medios de comunicación, Francisco destaca que no hay una preocupación exagerada por lo que está ocurriendo: “Yo no diría que hay pánico, hay procupación, pero la gente sigue en calma”, repite.
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