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Curioso Empedernido

Somos integrantes de la humanidad

Ni se miraban ni se hablaban, ¿Qué estaba ocurriendo?. Todos estaban pendientes de sus móviles

Publicado: 11/04/2024 ·
10:27
· Actualizado: 11/04/2024 · 10:27
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Autor

Juan Antonio Palacios

Juan Antonio Palacios es observador de la conducta humana, analista de la realidad y creador de personajes literarios

Curioso Empedernido

Curioso empedernido. Curioso de las tres pes, por psicología, la política y el periodismo, y alérgico a las fronteras y murallas

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Cornelio por mucho que hablara y escribiera no tenía nada que decir. Sus palabras sonaban a huecas y vacías en el desierto de una humanidad con la que coexistimos , pero que parece cada vez más robotizada, y con la que desgraciadamente cada vez compartimos menos y competimos más.

Hace unos días tuve la ocasión de observar a Cornelio con Leandra, su mujer y su hijo adolescente Torcuato alrededor de la mesa, y la escena al levantar la visión hacia el resto del establecimiento se repetía lamentablemente , y pude contemplar unas sesenta personas abducidas por la pantalla de sus móviles .

Ni se miraban ni se hablaban, ¿Qué estaba ocurriendo?. Todos estaban pendientes de sus móviles, unos hipnotizados  por lo que iba apareciendo en las pantallas , otros hablando a través de su aparatos con quienes tenían a su lado, sin mirarse a los ojos , sin regalarle unas palabras de cariño., algo increíble pero que nos situaba en una soledad , donde  casi todo es lo mismo y a la vez no es nada.

Parece que estos aparatos que hace unas décadas podíamos imaginarla como una fantasía de ficción, un artefacto de progreso que podía facilitar nuestra comunicación y conectividad, hoy se haya convertido en una adicción, no podemos pasar sin nuestros móviles y una prolongación de nuestros cuerpos 

Y aunque esta adicción, a la que conocemos como nomofobia, no esté tipificada como un trastorno en las clasificaciones homologadas de enfermedades mentales, al igual que sucede con la compra compulsiva , la realidad va por delante de la comunidad científica.

Esa dependencia psicológica, en nuestra sociedad la fomentamos desde las más tempranas edades , y así en torno a una mesa podemos ver a un niño con apenas un par de años y un móvil donde ven una película de dibujos animados, no digo con la intención de que no molesten, pero mientras están fuera de la realidad, el niño es como si no existiera y mientras los adultos podrán dedicarse de pleno a sus artilugios mientras asisten a una ceremonia , que es lo menos parecido a una comida en familia. Por eso cabría preguntarse ¿De qué humanidad somos integrantes?

Más tarde estos bebés harán lo que han visto y vivido, y no podremos quejarnos ni reprenderles su conducta sino hemos sido capaces de corregir la nuestra y cada vez seguimos más enganchados a los contenidos que a través de las redes sociales nos transmiten mediante estos aparatos y que manipulan la realidad y dirigen nuestras conductas, ya que si tuviéramos nuestros teléfonos sin ningún tipo de aplicaciones, solo para llamar, no estaríamos hablando de lo que hoy es un problema.

Nuestro amigo Cornelio, se había dado cuenta que no podía caer en aquella trampa, que tenía a su disposición elementos útiles que podían hacerle la vida más fácil y agradable y que podían ser tan útiles como  perjudiciales, pero que aprender más ha de ser un placer que nos hace olvidar que estamos aprendiendo , que siempre podemos encontrar un camino para llegar a nuestras metas y objetivos.

También que lejos de cualquier proceso de cosificación al que nos quieren someter, es necesario que hemos de descubrir el placer de humanizar nuestras relaciones, y que no debemos caer rehenes de un egocentrismo maquiavélico, y luchar por no perder nuestro inconformismo rebelde, más allá de la indiferencia y la frialdad en las relaciones con los otros. Somos temporales y efímeros, aprovechemos este tiempo y los espacios que la vida nos brinda , para sacarles todo el jugo, no seamos tacaños con las sonrisas y seamos amables con quienes podemos comunicarnos. 
 

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