Patrick Paumen, un guardia de seguridad de los Países Bajos, ha llevado la integración tecnológica a un nivel completamente nuevo con sus 32 implantes corporales, transformándose en un pionero de la biohacking.
Este término hace referencia a la modificación del cuerpo mediante tecnología con el objetivo de mejorar capacidades o calidad de vida.
El viaje de Paumen hacia la biohacking comenzó en 2015, inspirado por un documental. Desde entonces, ha ampliado
su colección de implantes, que incluyen desde un termómetro y lector de tarjetas hasta un transmisor de radio y un dispositivo de almacenamiento de datos.
Estos implantes, según Paumen, no solo le facilitan la vida diaria, sino que le permiten experiencias únicas, como sentir el campo magnético de la Tierra o conectarse con otros biohackers.
PAGO CON LA MANO
Uno de los implantes más destacados de Paumen es un microchip de pago sin contacto, instalado en 2019 bajo la piel de su mano izquierda. Desarrollado por la firma británico-polaca Walletmor, este chip utiliza la tecnología NFC (Near-Field Communication), similar a la que emplean los teléfonos inteligentes para realizar pagos.
Vinculado a su cuenta bancaria, sorprende a cajeros y clientes al pagar simplemente con la mano, con un límite de 25 euros por transacción.
Wojtek Paprota, fundador y CEO de Walletmor, asegura que este chip es completamente seguro, cuenta con los permisos necesarios y se mantiene en su lugar sin movimiento. La firma ha vendido más de 500 chips de pago en todo el mundo y tiene una lista de espera de más de 2.000 personas interesadas.
Paprota visualiza un futuro donde los implantes de pago sean comunes y socialmente aceptados, aunque reconoce los desafíos éticos, la falta de regulación y la resistencia de los bancos.A pesar de que los implantes de microchip no son nuevos, con usos previos en mascotas y ganado, la tendencia ha crecido en humanos. Según una encuesta de 2021 en el Reino Unido y la Unión Europea, el 51% considera la opción de implantarse chips, destacando la comodidad, seguridad, salud y entretenimiento. Sin embargo, el 49% se opone, citando preocupaciones sobre privacidad, riesgo de hackeo y deshumanización.
Contrario a las inquietudes sobre privacidad, Paumen se siente más libre y conectado con el mundo gracias a sus implantes. Afirma que estos no lo deshumanizan, sino que lo mejoran. En sus propias palabras: "Mis implantes mejoran mi cuerpo. No me gustaría vivir sin ellos". Este guardia de seguridad holandés está desafiando límites y demostrando que el futuro de la integración humano-tecnológica está en constante evolución.