Sólo en lo que va de 2023, 52 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas, tres más que en todo 2022. Mientras, cada día se presentan en España 535 denuncias por violencia de género, 106 por agresiones sexuales y 25 por violación, cifras que no dejan de crecer.
Estos son sólo algunos datos que evidencian la magnitud de la violencia contra las mujeres en España en un año en que se han denunciado sus formas más cruentas, los feminicidios, pero también se han visibilizado agresiones hasta hace no mucho normalizadas, como demostró el rechazo social al beso no consentido de Luis Rubiales a Jenni Hermoso.
Con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, EFE ha elaborado una radiografía de las violencias machistas en este país, en el que suben las denuncias gracias a una mayor visibilización e identificación de esta problemática y a una mayor confianza en las instituciones.
Feminicidios
Son 52 las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas en lo que va de año, una cifra que cambia la tendencia de un trienio con mínimos históricos de feminicidios (en 2020 y 2021 fueron asesinadas 49 mujeres cada año, 50 en 2022). Son ya 1.237 crímenes desde 2003.
Andalucía es la comunidad autónoma más poblada y la que ha registrado un mayor número de asesinatos (256), seguida de Cataluña (197), Comunitat Valenciana (153), Comunidad de Madrid (128), Canarias (82), Galicia (68), Castilla y León (62), Castilla-La Mancha (57), Baleares y País Vasco (ambas 41), Región de Murcia (35), Aragón (33), Asturias (29), Comunidad Foral de Navarra (15), Extremadura (12), Cantabria (11), La Rioja (8), Melilla (5) y Ceuta (3).
Como consecuencia de estos crímenes machistas, 428 niños y niñas han quedado huérfanos desde 2013.
La treintena es el grupo de edad en el que se ha concentrado un mayor número de feminicidios (270). Por detrás, aunque no a mucha distancia, está la cuarentena (213) y la veintena (201). Diez víctimas mortales eran menores de edad y otras 54, mayores de 70 años.
Por nacionalidad, 805 mujeres eran españolas (65 %), 414 extranjeras (33,4 %) y en 8 casos no consta su origen. En cuanto a los agresores, el 66,5 % eran españoles y el 32 %, de otro país.
Un total de 257 feminicidas se suicidaron tras perpetrar el crimen, el 20,7 %, por lo que no pudieron ser juzgados por sus hechos y otros 162 lo intentaron (13 %).
En la gran mayoría de los casos no constaban denuncias previas por maltrato contra el presunto agresor, sólo figuraban en el 21,58 %.
Desde el año 2022, la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género también elabora una estadística de feminicidios perpetrados más allá del ámbito de la pareja o la expareja. En 2022 y el primer semestre de 2023, 47 mujeres han sido asesinadas por el mero hecho de serlo.
En 29 casos, el agresor fue un familiar, en 11 un conocido y los siete feminicidios restantes tuvieron una motivación sexual.
Violencia vicaria
La violencia que se ejerce contra los hijos e hijas de las mujeres víctimas también es un tipo de violencia de género. Como consecuencia de la violencia vicaria, una niña ha sido asesinada en España este año.
Desde 2013, han sido 49 los feminicidios vicarios contra menores de edad, siendo la inmensa mayoría de ellos perpetrados por sus padres (el 89,7 %, frente al 9,3 % cometido por la pareja o expareja de la madre). Tras perpetrar el crimen, 28 de los 49 agresores se suicidaron (57,17 %), y otros seis lo intentaron (12,2 %).
A fecha 31 de octubre de 2023, los cuerpos policiales tenían registrados en VioGén a 1.396 menores en riesgo de ser agredidos por sus padres o por las parejas o exparejas de sus progenitoras y a otros 9.764 expuestos a una situación de vulnerabilidad por vivir en contextos de violencia machista.
Según la Macroencuesta de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, más de 1,69 millones de niños viven en hogares en los que sus madres sufren violencia machista por parte de sus parejas o exparejas.
Denuncias y protección
En España se han interpuesto más de 2,14 millones de denuncias por violencia de género desde 2009. En el segundo trimestre de este año, último periodo del que hay datos, se presentaron 535 denuncias diarias, 22 cada hora.
Desde 2007, el teléfono 016 ha recibido más de 1,2 millones de llamadas y en la actualidad más de 4.000 maltratadores viven con una pulsera que controla sus movimientos para alertar de un posible acercamiento a su víctima.
En octubre, el Ministerio del Interior registraba 82.649 casos de violencia de género con seguimiento policial, el 51 % de ellos relativos a mujeres con hijos menores a cargo.
En VioGén figuran 676.153 víctimas registradas y más de 660.000 agresores identificados, de los cuales alrededor del 10 % son persistentes, esto es, han maltratado a más de una mujer a lo largo de su vida.
Violencia sexual
El Ministerio del Interior también está registrando un aumento progresivo del número de denuncias por violencia sexual en los últimos años.
Si en 2022 se ponían 32 denuncias diarias por delitos sexuales y 10 por violación, en el segundo trimestre de 2023 ya eran 106 las denuncias diarias por agresión sexual y 25 por violación.
En el marco de la violencia sexual, España tiene una deuda pendiente a la hora de dar respuesta a las víctimas de trata y de explotación sexual, sobre las que apenas existen datos y para las que no se dispone de una ley integral.
520 mujeres y 14 niñas víctimas de explotación sexual fueron liberadas por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en 2022. De ellas, 124 fueron identificadas además como víctimas de trata.
El 016 atiende a todas las víctimas de violencia machista las 24 horas del día y en 53 idiomas diferentes, al igual que el correo 016-online@igualdad.gob.es; también se presta atención mediante WhatsApp a través del número 600000016, y los menores pueden dirigirse al teléfono de la Fundación ANAR 900 20 20 10.
En una situación de emergencia, se puede llamar al 112 o a los teléfonos de la Policía Nacional (091) y de la Guardia Civil (062) y en caso de no poder llamar se puede recurrir a la aplicación ALERTCOPS, desde la que se envía una señal de alerta a la Policía con geolocalización.
