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El explorador de la misión india en la Luna entra en modo suspensión tras la caída del Sol

Permanecerán inactivos durante casi veinte días y con sus paneles solares orientados para recibir la luz en el próximo amanecer

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  • Successful launch of Aditya L1 at Sriharikota, Andhara Pradesh. -

El explorador de la misión india Chandrayaan-3 en la Luna completó todas las tareas asignadas y entró en "modo suspensión" debido a la progresiva falta de luz solar sobre el polo sur lunar, que requiere para seguir trabajando, y que no volverá a ver hasta el próximo 22 de septiembre.

"El rover (Pragyan) completó sus tareas. Ahora está estacionado de manera segura y en modo de suspensión. Las cargas útiles APXS y LIBS están desactivadas. Los datos de estas cargas útiles se transmiten a la Tierra a través del aterrizador", informó anoche la Organización de Investigación Espacial de la India (ISRO) en la red social X (antes Twitter).

No obstante, el aterrizador Vikram sí que permanece activo en vistas a agotar las últimas horas de luz en el punto más meridional de la Luna, indicó a EFE el portavoz de ISRO, BHM Darukesha, que agregó que esperan que entre en modo suspensión "dentro de unas horas, quizás este domingo o mañana".

Ambos componentes de la misión india permanecerán inactivos durante casi veinte días y con sus paneles solares orientados para recibir la luz en el próximo amanecer, que está previsto para el 22 de septiembre, precisó la agencia espacial.

Tanto Pragyan como Vikram funcionan gracias a los rayos del Sol, y los científicos de ISRO desconocen si volverán a la actividad en dicha fecha, o si por el contrario no volverán a despertar y permanecerán para siempre inactivos, agregó Darukesha.

La sonda Chandrayaan-3 alunizó con éxito en el polo sur lunar el pasado 23 de agosto, convirtiendo a la India en el primer país en alcanzar esta región del satélite terrestre, y en el cuarto en aterrizar sobre la Luna, tras Estados Unidos, Rusia y China.

Ese día comenzó una cuenta atrás de catorce días para que el explorador y el aterrizador de la misión efectuasen todos los experimentos que tenían asignados hasta la puesta del Sol.

Durante ese tiempo, el róver, de unos 23 kilogramos, recopiló información e imágenes del suelo lunar y estudió la composición de la superficie lunar utilizando rayos X y láser.

Como resultado de estas investigaciones detectó la presencia de azufre en la superficie, así como de otros componentes como aluminio, calcio, hierro, cromo, titanio, manganeso, silicio y oxígeno.

A su vez, las cuatro cargas útiles del módulo de aterrizaje analizaron la actividad sísmica de la Luna, estudiaron el flujo de calor y la densidad del plasma cercano a la superficie, y trataron de medir con mayor precisión la distancia entre la Tierra y su satélite.

Los últimos días de esta misión coinciden con el exitoso lanzamiento de la primera sonda india para estudiar el Sol, que despegó ayer de la Tierra, y que se espera que tarde unos cuatro meses en alcanzar su destino, un punto gravitacionalmente estable entre ambos cuerpos celestes, a 1,5 millones de kilómetros de nuestro planeta, y desde donde recopilará información sobre las capas más externas del astro rey.

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