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De vuelta a Ítaca

Al "partido obrero" no le importan los niños del Polígono

Hubo un tiempo, no hace mucho, en que la izquierda sevillana sabía que el grueso de su poder se encontraba en los barrios obreros. Por eso, primero el PCE y...

Publicado: 03/05/2023 ·
13:03
· Actualizado: 03/05/2023 · 13:03
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  • Niños en un colegio. -
Autor

Alejandro Sánchez Moreno

Alejandro Sánchez Moreno nació en Sevilla. Es docente e historiador. Especialista en historia del movimiento obrero andaluz

De vuelta a Ítaca

Análisis de cuestiones, tanto históricas como de actualidad, desde una visión crítica de nuestra realidad política, económica y social

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Hubo un tiempo, no hace mucho, en que la izquierda sevillana sabía que el grueso de su poder se encontraba en los barrios obreros. Y por eso, primero el PCE y después el PSOE, crearon células y agrupaciones en nuestros barrios en las que líderes vecinales trabajaban con el partido, acercando a este a la cotidianidad diaria de los vecinos que después les agradecían el gesto en cada cita electoral con su voto. Así fue como los barrios como Pino Montano, Alcosa o Los Pajaritos se convirtieron durante décadas, no sólo en feudos inexpugnables de la izquierda, sino en fuente de militancia para estas organizaciones, cuyas sedes y carteles formaban parte del paisaje cotidiano de las calles.  

Con la sangría de afiliación que sufrió el PCE tras la llegada de la democracia, y con las asociaciones de vecinos de capa caída, el PSOE supo rentabilizar los barrios en beneficio propio, devolviendo eso sí el favor, dotando de servicios a los vecinos. En mi barrio también pasó, y a pesar de que el Polígono de San Pablo fue uno de los lugares más deprimidos de Andalucía en los terribles años de la heroína, el alcalde Manuel del Valle decidió construir allí el Palacio de los Deportes, no olvidándose nunca del barrio, como tampoco se olvidó Monteseirín, quien ya avanzados los 2000, acabó con el anacrónico paisaje que todavía perduraba en el Polígono con calles de albero sin asfaltar en algunas zonas.  

Pero esto se acabó. Porque parece como si algún sesudo analista en el partido hubiera confundido causas y consecuencias, llegando tal vez a la conclusión de que ese voto lo tenían garantizado ellos por ser guapos o algo así, y por eso mismo no merecía la pena esforzarse en agradar a unos vecinos que de todas formas iban a votarles. Debido a ello, en estos últimos años, el gobierno municipal ha maltratado como nunca a sus barrios preferidos de antaño, dejados a su suerte como parias,  en este modelo de ciudad que sólo se ocupa del centro para dejarlo bonito para unos turistas que ocupan nuevos hoteles y pisos de alquiler que expulsan a los paisanos del casco histórico. 

Y mientras el alcalde se hace fotos con el famoseo y organiza eventos internacionales para atraer a más turistas, mi barrio está sucio y abandonado, siendo especialmente dramática la situación que viven los niños del colegio Miguel Hernández, que sufren diariamente recibir clases unas instalaciones cada vez más degradadas, en una situación insostenible que ya ha saltado a las noticias a nivel nacional en varias ocasiones. Y es que, el "partido obrero" se ha lucido con lo relativo a la educación en mi barrio, y como no tuvo suficiente con cerrar hace unos años el cercano instituto Las Aguas cuando gobernaban en la Junta, ahora están dejando morir al Miguel Hernández por inacción e incompetencia. 

Así, a los problemas que tuvieron los alumnos al estar todo un mes sin calefacción en invierno (problemas que, por cierto, se solucionaron mágicamente cuando el AMPA denunció el hecho en televisión), se suman ahora los constantes actos vandálicos que se viven en el recinto con la entrada de intrusos cada noche. Hace unas semanas, todos los límites se sobrepasaron cuando unos pequeños se llevaron a la boca un preservativo usado que encontraron en el colegio, y por ello tuvieron que ser atendidos en el hospital para administrarles un fuerte tratamiento contra enfermedades de transmisión sexual.  Ante el escándalo, el Ayuntamiento, lejos de intentar solucionar el problema, decidió echar balones fuera de la manera más grosera imaginable, acusando a los docentes de ser “los responsables de la seguridad de los niños” durante el horario lectivo… Ahí. Con dos gónadas. 

Pero por mucho que todo esto nos indigne, en realidad no hay nada nuevo bajo el Sol, y menos para mi barrio, acostumbrado como está a que el "partido obrero" les venda precisamente por ser obreros. Y a que niños pijos disfrazados de progres les desprecien y les traten como chusma poligonera porque creen que su status en el ayuntamiento no peligra porque esa misma chusma siempre les acabará perdonando. Pero que tengan cuidado con los míos, porque muchos ya han despertado, y en mayo, cuando lleguen las elecciones, no pocos antiguos y fieles votantes del PSOE se quedarán en casa, o incluso explorarán otras opciones a izquierda y derecha, para recordarles que aquel que siembra, después recoge. 

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