Éste es el principal compromiso al que ha llegado hoy el actual trío de presidencias del Consejo de Europa -formado por España, Bélgica y Hungría- en la denominada Declaración de Córdoba surgida de la II Cumbre Europea sobre la Población Gitana que se ha celebrado en esta ciudad durante los últimos dos días y a la que han asistido más de 400 miembros de esta comunidad.
Tras recordar que en Europa existen entre 10 y 12 millones de personas pertenecientes al colectivo gitano, el trío europeo advierte de que un "significante" número de ellos padecen exclusión social en áreas esenciales de la vida, como la educación, el trabajo, la sanidad o la vivienda.
La "discriminación" y el "rechazo social" que sufren estas personas agrava su situación, especialmente en el caso de las mujeres y de los niños, por lo que la troica considera que aunque se han dado importantes pasos y los problemas de este colectivo han sido incluidos en la agenda europea "es el momento de dar un empuje a estas cuestiones para alcanzar mejoras sustanciales en la integración social y económica de la población romaní en Europa".
De este modo, el trío se compromete a asegurar que los actuales instrumentos financieros de la UE, como los Fondos Estructurales, llegan al colectivo gitano para lograr un "impacto efectivo" en la mejora de sus condiciones de vida.
Para conseguirlo, el trío propone la inclusión de requisitos mínimos en la concesión de fondos de la Unión para que se garantice la igualdad en el acceso del colectivo gitano a los recursos.
Además, apuesta por que los procedimientos de concesión de estos recursos se "simplifiquen" para garantizar la igualdad de oportunidades.
De este modo, en la modificación de las regulaciones del Fondo Social Europeo y de los Fondos de Desarrollo Regional se pondrá en práctica los tres principios que busca la Unión: promoción de igualdad de acceso a los recursos, erradicación de la segregación y asegurar el desarrollo integral.
Además, el trío apuesta por mejorar el diseño de la "hoja de ruta" de la plataforma de integración de la población gitana, de modo que en la misma se establezca un marco de acción a medio plazo y se definan objetivos y resultados a alcanzar.
También aboga por reforzar la cooperación horizontal entre los estados miembros y con la sociedad civil y defiende la necesidad de realizar acciones concretas a favor de la inclusión social.
Finalmente, el trío se compromete a tener en cuenta las conclusiones alcanzadas en esta cumbre en el proceso político y anuncia la celebración de una conferencia sobre pobreza Infantil, así como la organización de una reunión de la Plataforma integrada sobre inclusión social en la primera mitad de 2011.
Por otra parte, la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, que hoy ha clausurado esta cumbre, ha condenado los brotes de racismo contra los gitanos y los "demasiados desencuentros" que se han producido entre la UE y esta minoría, unas situaciones que se han producido porque se ha tomado a la comunidad romaní como "objeto y no como sujetos" de las políticas sociales, ha dicho.
Para erradicar las desigualdades que padecen los gitanos, Aído ha resaltado hoy la aprobación, en el Consejo de Ministros, de un Plan de Acción para el desarrollo de la población gitana, que desde este año hasta 2012, invertirá 107 millones en diseñar estrategias para eliminar la discriminación.
La ministra ha lamentado la doble discriminación que padecen las mujeres gitanas y ha subrayado la necesidad de tener una especial atención con ellas ya que si se consigue mejorar sus condiciones de vida se logrará hacerlo con todo el pueblo gitano, según ha dicho.
También el comisario europeo de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión, László Andor, ha mostrado su rechazo a la discriminación del pueblo gitano y ha reconocido que, en los últimos dos años y debido a la crisis económica, su situación se ha empeorado porque hay "mucha presión para financiar políticas sociales".
"Los prejuicios llevan a la intolerancia, que a veces deriva en intimidación y, en ocasiones, termina en violencia", ha advertido Andor, que ha hecho hincapié en la mejora de la educación, el acceso a la sanidad y el empleo para "poner fin al bucle de pobreza y marginación" al que se enfrentan los gitanos.