Elías Bendodo, que es hombre de palabra, aseguró a principios de este mes que los (esperados) candidatos a las capitales de provincia para las elecciones municipales de mayo de 2023 se conocerán antes de Navidad y serán presentados en un acto “no antes de final de año”. No debe tenerlas todas consigo el PP para demorar tanto un proceso que se ha llevado a cabo ya, mediante primarias o aclamación, en el resto de partidos. En Cádiz, especialmente. La anunciada salida de Kichi de la política activa marca los comicios, porque el carismático líder de Adelante es un rival correoso. David de la Cruz, de una solvencia intelectual rara en las lides políticas a nivel local, no tiene, por el momento, el mismo tirón. Pero los populares no podrán gobernar solo con sacar un voto más que el resto de partidos. Ciudadanos, en caída libre, tiene pocas posibilidades de lograr representación en la Corporación Municipal, pese al riguroso trabajo llevado a cabo este mandato por Lucrecia Valverde y el buen talante de su sustituto al frente de la lista, Juan de Dios Sánchez. La errática estrategia municipalista de Vox deja sin opciones a la ultraderecha en Cádiz. Al PP, de entrada, solo le vale la mayoría absoluta.
Y no es fácil. Esto justificaría los noes recibidos por parte de personajes gaditanos de cierto renombre que asumirían la responsabilidad como independientes o la resistencia de Teófila Martínez para volver a fajarse en la batalla municipal, ilusionada como está en la presidencia de la Autioridad Portuaria de la Bahía de Cádiz (APBC).
El problema del PP es que, con los nombres que quedan sobre el tapete, no podrá jugar con el efecto positivo en el electorado que conlleva el nombramiento de un candidato. A Juancho Ortiz se le da por amortizado, incluso entre sus propias filas. A Bruno García, presidente provincial, no le gusta la idea de abandonar el Parlamento de Andalucía. Y José Manuel Cossi despierta recelos por eso de no ser pata negra. Carmen Sánchez podría ser la tapada, pero habría que explicar su salida de la Delegación Territorial apenas unos meses después de su incorporación al equipo de Mercedes Colombo. Sea cual sea la elección, y dados la tardanza, el secretismo, la cautela, el nombramiento puede causar más indiferencia que entusiasmo. Si en mayo fracasa, habrá que echar mano del verso de José Hierro, para, cuando se analice lo sucedido, hablar del “tanto todo para nada”.
El PP en Cádiz no se ha sacudido todavía la frustración por perder la Alcaldía. La sombra de Teófila Martínez es alargada. El relevo generacional se ha llevado a cabo a media. La política de comunicación es mejorable. Y la labor de oposición no es constante. Tampoco puede presentarse a las elecciones únicamente con el argumento de que es preciso votar al PP para que no continúe en San Juan de Dios la izquierda. Urge definir el proyecto que los populares tienen para la ciudad. Y el tiempo, con Navidad, Carnaval y Semana Santa en el calendario, lo complica todo. El PSOE, por su parte, aprovecha la ventaja que le ofrece un PP inseguro. Y el secretario general de los socialistas no duda ya en hablar abiertamente de pacto con Adelante. La izquierda sí lo tiene claro. El votante necesita certezas. Se ha hecho tarde.
