En su última comparecencia pública antes de ser sustituido el próximo día 18 por el ex alcalde socialista de Granada Antonio Jara, Claret García manifestó que asumió la presidencia de una caja "en conflicto y agitada" con la pretensión de aportarle "sosiego, tranquilidad, fortaleza" y una "autonomía sin aislamientos", objetivos que, dice, se han cumplido de forma "más que suficiente".
En el "consenso, estabilidad, crecimiento y autonomía" basó la gestión de una caja que hoy día tiene suficiente liquidez y solvencia, además de una morosidad contenida, según el presidente de la entidad, que retornará a su profesión de oftalmólogo aunque se mostró abierto a otras opciones laborales como la posibilidad de asumir un alto cargo en el Banco Europeo de Finanzas (BEF), lo que, dice, aceptaría "encantado" si se formalizara el ofrecimiento.
Otro de los objetivos que cree haber cumplido es el de dejar la caja al margen de la política: "Al asumir el cargo dije que dejaría el carné -del partido- en la garita de entrada todos los días".
Para el presidente de la entidad, el papel de los partidos "termina el día que nombran a sus representantes en la caja".
Claret García, que subrayó la evolución institucional y económica de CajaGranada durante estos años, dijo que aunque probablemente queden cosas por hacer en la entidad que se podrán materializar "cuando se den las circunstancias", él y su equipo han hecho lo que tenían que hacer en el momento que les tocó gestionar.
Respecto a los proyectos de fusiones en Andalucía -siempre ha dicho que sólo estaría a favor de una hipotética fusión de CajaGranada siempre que la entidad granadina encabezara la operación- manifestó que cualquier proceso de fusión modifica el mapa y por lo tanto la "situación relativa" de cada caja.
Ante las fusiones proyectadas en Andalucía, CajaGranada optó por "intentar ganar cuota de mercado" entre los clientes que quedan "desabastecidos" como consecuencia de una fusión, de ahí, explicó, el Plan Jaén lanzado por la entidad granadina, que también está intentando abrirse camino en la provincia de Córdoba.
"Estamos intentando aprovechar eso para crecer nosotros", dijo Claret García, quien interrogado sobre la hipotética oposición de la Junta a que CajaGranada se uniera a Caja de Jaén indicó: "No creo que haya dicho que no me han dejado hacer algo. En la vida uno debe fiarse de sus propias fuerzas".
"No tengo amargura ni nada de lo que sentirme amargado", agregó el todavía presidente de la caja, que se refirió a su sucesor, Antonio Jara, como una persona "muy inteligente" y con un "saber hacer fuera de cualquier duda", aunque dijo desconocer si mantendrá su misma postura en cuanto a las fusiones.
Respecto al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), mecanismo para incentivar a entidades con problemas de solvencia a través de préstamos para propiciar fusiones, consideró posible que se use esta opción en el proceso de unión de Unicaja y Cajasol, y aseguró que a CajaGranada "no le hace falta de momento".
Claret García abandona la caja con 23.869 millones de euros en volumen de negocios, lo que ha supuesto un crecimiento anual del 18,5% desde 2001, cuando accedió al cargo; una solvencia 13,51% -por encima de la media andaluza-; 1.200 millones de recursos propios (un 209% más que en 2001) y una morosidad contenida del 4,6% de media.
Subrayó especialmente la labor social de la caja, que entre 2001 y 2009 ha devuelto 197,6 millones en actividades sociales, la introducción de los microcréditos y la creación del museo Memoria de Andalucía y del Premio de Novela Histórica de CajaGranada.
La marcha de Claret García se produce en cumplimiento de la ley de Cajas de Ahorro de Andalucía, que establece un doble límite temporal de representación en las cajas: dos mandatos o doce años.
Aunque no ha consumido los doce años al frente de la caja, su presidencia se ha distribuido en dos mandatos, por lo que, de acuerdo con la ley de cajas, no puede optar a un tercero.