Las vacaciones de Semana Santa han sido tradicionalmente una de las fechas marcadas a fuego en el calendario para las casas rurales de la provincia de Almería, que este año han tenido que adaptarse a las restricciones por la Covid-19, con un cambio especialmente notable: Sus clientes son ahora en exclusiva vecinos de la provincia.
En Las Hortichuelas Bajas, población de Níjar (Almería) en pleno corazón del parque natural Cabo de Gata-Níjar, a unos kilómetros de la playa de la localidad nijareña de Las Negras, se encuentran 'Las Casillas del Cabo', uno de esos apartamentos que durante hasta el último minuto han tenido la incertidumbre de no saber cómo iban a ser estos días.
"Teníamos una previsión del cien por cien de ocupación. El problema vino cuando la Junta decidió no abrir las provincias y se nos cayeron todas las reservas", relata a Efe su gerente, Pilar Avilés.
"Estábamos un poco preocupados pero la verdad es que al final, moviendo un poco el turismo en la provincia con redes sociales y demás, conseguimos que se haya ido ocupando y casi estamos al completo para esta Semana Santa, para los días festivos", añade la empresaria.
Avilés subraya el cambio de perfil en los clientes. "En verano teníamos mucho turismo nacional. Pero la época entre temporadas venía mucho cliente extranjero. Y la verdad que ese lo hemos perdido al cien por cien, por lo que no tenemos ocupación en esa época", lamenta.
La hostelera apunta que el cliente actual "viene para muy pocos días". "Reserva dos, tres días antes. Las reservas son muy tardías. Eso nos hace tener incertidumbre sobre cómo va a ir la ocupación pero bueno, nos vamos adaptando", añade.
Para Avilés, lo "ideal" sería que se permitiese la movilidad. "Entendemos que hay que ser cautos con el tema de los contagios, pero este tipo de turismo en entornos rurales y demás, creemos que es compatible con la evolución que está teniendo la pandemia. Entonces, el que las autoridades comuniquen que este tipo de turismo es seguro, estaría bien", apostilla.
En la Sierra de los Filabres, en Laroya (Almería), se ubica la cortijada 'El Reul Alto', dónde Dolores Moreno regenta un conjunto de casas rurales que se encuentran ocupadas ahora únicamente por vecinos de la provincia más oriental de Andalucía.
"La gente ha estado esperando hasta casi última hora, bastante, para hacer las reservas. Prácticamente, casi todo lo que tenemos, casi el 90 %, son parejas con dos niños. Incluso a veces llaman tres familias y preguntan si tienes tres casitas disponibles para no estar juntos. Los veo bastantes responsables", apunta.
Precisa que en algún caso se ha recibido la petición de un grupo de alrededor de diez personas, "a los que se les ha informado que no puede haber más de seis en una casa". "Por ejemplo, este fin de semana pasado, sólo ha estado parada la casa de ocho plazas, pero desde este lunes ya está ocupada por unos padres y cuatro críos", precisa.
Así, tras este Domingo de Ramos y hasta el Domingo de Resurrección, en 'El Reul Alto' no quedan plazas pero también se ha notado el cambio. "Antes podías meter a cuatro adultos y a cuatro niños, incluso en una casa de seis, con camas supletorias".
"Ahora son todo padres con hijos, que con la granja de animales que tenemos, están jugando de aquí para allá. Son todos de Almería, ya sea de la capital, de Roquetas de Mar, de Huércal-Overa... Otros años teníamos muchos clientes de Madrid, de Murcia? Ahora nada", indica.
Con todo, aquí también se ha demorado el momento de las reservas. "Había alguna cosilla ocupada" antes del anuncio de la Junta de Andalucía, dice, especialmente porque, apunta, los clientes del sector tienen "la confianza de que se le devuelve su dinero si tienen problemas con la reserva".
