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Alcalá la Real

El curioso vínculo entre Gustavo Adolfo Bécquer y Alcalá la Real

El Alcalá se conserva el manuscrito original de uno de los poemas del escritor sevillano, del que se celebra el 150º aniversario de su muerte

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  • Paco Toro, con los dos libros recientemente editados.

Como es sabido, en este triste año que se nos va, se ha conmemorado irregularmente el ciento cincuenta aniversario de la muerte del singular poeta y escritor sevillano Gustavo Adolfo Bécquer. Posromántico, intimista y de expresión sencilla y universal, siempre estuvo presente en los distintos niveles de la enseñanza de la literatura española, entre los más grandes.

Pues bien, en nuestra ciudad se conserva un original manuscrito de uno de sus poemas, aquel titulado “Qué solos se quedan los muertos”. Es propiedad de la Asociación Cultural Toral-Soler, que, en su objetivo de divulgar y apoyar todas las iniciativas culturales que se vayan presentando y estimando, ha tenido a bien la publicación de un libro con comentarios sobre el poema y su autor.

Hagamos un poco de historia: nuestro poeta murió muy joven (34 años). Se cotizaba ya en los ambientes literarios, especialmente en la prensa, pero nunca como el afamado escritor que fue más tarde. Su viuda, Casta Esteban Navarro, con los tres hijos pequeños habidos de su matrimonio, no quedaron bien parados tras su fallecimiento. Algunos compañeros y conocidos de nuestro personaje, con el único objetivo de ayudar a la familia del amigo, propusieron a Casta la publicación de su obra. Y aquí aparece la figura de Narciso Campillo, a quien se debe la edición de parte de ella.


Y vamos ahora a la conexión con la asociación alcalaína. Campillo, que guardó algunos manuscritos de Bécquer, fue a su vez un gran amigo del también poeta Carlos Peñaranda. Don Narciso se interesó más por la edición que por la conservación de los originales. Por ello, no tuvo inconveniente en donar los escritos becquerianos a sus amistades. Uno de los favorecidos fue Carlos Peñaranda. Este último los legó a su yerno, José Toral, padre de Enrique, fundador de la Asociación Toral-Soler.

Y por último, se nos recuerda, informa y anuncia que una catedrática de Literatura de la Universidad de Sevilla, Marta Palenque, y un miembro de la Asociación, Francisco Toro, han publicado la correspondencia entre Campillo y Peñaranda (1871-1893), con sesenta cartas, de gran provecho para estudiosos de esta temática. Libro que fue editado por “El Ojo de Poe” y la ya mencionada Asociación.

Igualmente, y en colaboración con la Universidad de Sevilla, se ha publicado ahora, en facsímil, el primer libro de Enrique Toral, editado en 1950, impreso en Gráficas Bellón, de Úbeda, con una tirada de sólo 33 ejemplares, lo que le convierte en una rareza bibliográfica. Su título: “Historia de un viejo papel. Glosas al original…”.Nuevamente, la prestigiosa profesora Palenque describe, estudia y transcribe de nuevo el manuscrito del ilustre sevillano.

Una vez más se acaricia la generosidad de Pilar Soler y Enrique Toral, quienes nos transfirieron parte de sus bienes y sus deseos fervientes de servir a la Cultura, con mayúscula. Así ha patrocinado y colaborado en la publicación de medio centenar de libros, en editoriales e imprentas de nuestra ciudad.

Alcalá la Real guarda una reliquia de uno de los más grandes poetas de la lengua española.

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