Cada cosa y cada caso en su sitio (I)

Publicado: 04/04/2024
Autor

J. S. Canales

Periodista onubense con más de medio siglo de carrera profesional y una gran dedicación a su tierra, autor de varios libros y reconocido con el Premio de Periodismo Ciudad de Huelva en 2008

Al compás de Huelva

Plasma la historia reciente de Huelva y toma el pulso de la actualidad onubense, además de ser un altavoz de las necesidades de la capital y la provincia

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A lo mejor usted sabe dónde está el Centro de la Comunicación y que lleva el nombre y el contenido casi exclusivo de un periodista llamado Jesús Hermida Pineda
La verdad es que, y esto lo digo con el corazón y la fortaleza que me da ser de Huelva y ver que aquí se derrochan esfuerzos para cosas nimias a veces y otras para demostrar que las únicas que valen y deben prevalecer son sus ideas, ciertas posturas confirman esa indolencia que nos viene caracterizando a la hora de exigir lo que estamos demostrando que es necesario y/o fundamental, como es el caso de las infraestructuras que, lamentablemente, nos va a traer más de un dolor de cabeza esperando 25 años más  a la vista de cómo precisamente quienes tienen que clamar y/o  reivindicar son los representantes de los partidos en los organismos e instituciones, algo que lamentablemente ha salido a flote a raíz de algo que detecté desde un principio que podría traer esa cola que lo pega todo y al final para nada sirve. Sí, mi amable e imparcial lector, al que pido se posicione después de analizar esas mis modestas consideraciones…

Ante todo me satisface que no haya sido yo precisamente el que, por fin, sacase a la palestra ese insostenible afán de encumbrar algo o a alguien que te gusta o que ha sido un soporte para mantener el cargo sin sopesar previamente el despliegue material puesto en escena desde que pusieron en marcha -la verdad es que inicialmente ni me importa demasiado quién o quiénes fueron el autor o autores de la idea- ese modernista edificio en un lugar de tanta historia como es el Ensanche Sur y en una barriada que a pesar de su juventud tiene esa solera que le imprime estar tan cerca de esa Ría y con tanta historia como es la vecindad con un lugar que nos remonta a años de esa historia que todavía no terminamos de asociar con nuestro pasado y que justamente fue puesta en marcha por un alcalde que también en esto de la comunicación sí que sabe un rato.

El prólogo se me está haciendo un poco largo para escribir de algo que apenas dice de un personaje nacido en Huelva pero donde todavía podemos seguir buscando sus huellas para dedicarle algo así como un panteón que como humano siempre se merece, pero con una proyección que ya estamos viendo que no encaja en esa realidad que -por sus obras lo conoceréis- está por demostrar. Sí, nada de intriga, porque a lo mejor usted sabe dónde está el Centro de la Comunicación auspiciado por el Ayuntamiento de la capital y que lleva el nombre y el contenido casi exclusivo de un periodista llamado Jesús Hermida Pineda -¿me equivoco?- y al que recuerdo cuando en los años 60 nos narró desde Prado del Rey-Televisión Española, La Primera, el desembarco del hombre en la Luna. Sí, algo para que supuestamente haya pasado a la historia, porque después don Jesús fue durante muchos años una figura singular y desenfadada, pero no como para tener ese pseupanteón que ahora mismo disputan las dos fuerzas políticas o, mejor dicho, una de esas fuerzas se siente traicionada porque la alcaldesa “ha traicionado la memoria de don Jesús”. ¡Dios, pero qué cosas! Imagínense cual no sería el pensamiento de muchos si hubiese ido a bordo de la Santa María con don Cristóbal  y nos hubiese narrado todas las peripecias habidas y por haber hasta que tropezó con el Nuevo Continente.

Sí, de entrada diré que me parece ideal que la televisión municipal pase a ocupar ese edificio y que su actual contenido sea integrado nada más y nada menos que en la Casa Colón, con lo cual -ojo al dato- don Jesús se sentiría igual de satisfecho por seguir ocupando una parcela de ese legado británico que apenas importa a Huelva y muchos de los que la representan: ¿está claro? El Centro de la Comunicación,  ahora de la discordia -no sé por qué- debe nutrirse con más elementos de los medios de comunicación que hicieron historia en Huelva, como Radio Nacional de España en Huelva -ténganlo en cuenta doña Pilar y  don Ignacio-,  que desde 1937 ostenta el rango de ‘emisora decana de la radio pública española’. ¡Casi ná! Como dirían aquellos ochentones que seguían los avatares del Club Decano gracias a todas las transmisiones de los partidos que disputaba aquí y fuera, todo lo relacionado con el Rocío desde la salida, y por supuesto el ‘salto’ narrado por Manolo Peral Banda, el retorno a su casa en Huelva, o el acontecer del Polo, o la trayectoria de Litri y Chamaco, o los concursos navideños para recaudar fondos para los más necesitados en Navidad, y los concursos de cante flamenco con los Hermanos Toronjo, y las galas con La Niña de Huelva y Los Marismeños… ¡Ah! Y los desfiles procesionales de Semana Santa por la Gran Vía desde una de las ventanas de ese edificio en el número 1…

 … sí, del que retiraron (?) una placa conmemorativa de esta singularidad histórica ausente en ese Centro de la Comunicación, del que hay que seguir escribiendo con nuevos y argumentos de peso que tengo en mi poder y es necesario poner sobre la mesa. ¿Me permiten hacerlo la semana que viene? D  todo ello doy fe en mi libro ‘Al compás de Huelva: sexagenaria y decana’, que no se dignaron exhibir junto a esas insignificantes y poco relevantes reliquias que podrían pertenecer a cualquier otra emisora de la época. ¡Qué sabrán en Madrid si es que algún experto se ha molestado en visitar ese particular museo ahora en entredicho! El libro en cuestión lo dice casi todo y ahora mismo, en plan reivindicativo, trato de reeditarlo como una forma de hacer un poco de justicia, ¿no les parece?

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