El CEIP Riofrío ha sido el escenario elegido por el equipo de Gobierno para presentar y dar la bienvenida al nuevo curso escolar en Arcos en cuanto a Educación Infantil y Primaria se refiere, donde este año un total de 825 y 1.876 alumnos y alumnas respectivamente se reencuentra felizmente en las aulas. El tercer curso de la era pandémica da inicio con la lógica preocupación de las administraciones por los contagios entre una población que aún no ha recibido la pauta completa de vacunación, de ahí que se extremen las medidas higiénico sanitarias para evitar que la vuelta al cole sea un caldo de cultivo para nuevos positivos de COVID-19.
El alcalde de la ciudad, Isidoro Gambín, dejó constancia de los numerosos trabajos de mantenimiento de los centros educativos que ha precedido al arranque del curso; un esfuerzo económico y en personal que ha dado sus frutos para que los colegios luzcan en su mayoría a los ojos de sus comunidades educativas. Agradeció la aportación de las familias, profesorado y dirección para que todo vuelva, si cabe, a la normalidad. No obstante, el alcalde apeló a la responsabilidad personal en un momento donde la incidencia acumulada es bastante baja en Arcos respecto a otras ciudades, con una tasa de apenas 60. En este sentido, el Ayuntamiento ha asumido la desinfección de los colegios cuando, según explica el alcalde, no le corresponde por una cuestión de competencias, a la espera que la Junta gestione la financiación recibida del Estado para acometer este tipo de tareas. El Ayuntamiento ha dado el primer paso para tranquilidad y seguridad de las familias y alumnado, aunque el año pasado ya se invirtió medio millón de euros solo en estas tareas de limpieza profunda y desinfección de instalaciones; inversión que ahora se reedita.
La delegada municipal de Educación destacó cómo los 2.701 alumnos y alumnas se incorporan a las aulas, muchos de ellos por primera vez. Ana Carrera se refirió a la importancia de la Educación Infantil de cara al futuro académico de los niños y niñas, y enalteció “el trabajo compartido” del profesorado que ya el pasado año hizo un importante esfuerzo para hacer olvidar a pie de clase el triste panorama de la pandemia, así como a las cuadrillas de trabajadores y trabajadoras que se han empleado a fondo en los colegio. “Vamos a seguir poniendo todo lo que esté en nuestras manos para que el alumnado de Arcos reciba las mejores atenciones”.
En todo caso, ese alumnado regresa con la sonrisa tapada por la mascarilla obligatoria, a unas aulas más ventiladas de lo habitual y con otras medidas como la limpieza de manos y de los objetos que se comparten en clase. Pero la imagen del día fue la de la alegría, la algarabía tradicional que los niños en su naturaleza de niños forman para expresarse y reivindicarse como tal, con ese griterío síntoma de su edad y de su falta, aún, de prejuicios.
