No habrá temporada de teatro en el Real Teatro de las Cortes. Y seguirá sin programación mientras las medidas sanitarias impidan un aforo, si no completo, al menos al 80 por ciento de su capacidad. Lo demás es perder dinero y lo que es peor, dejar a muchas personas sin la posibilidad de asistir a los espectáculos que se programen.
En las condiciones actuales el teatro apenas tiene una capacidad para 150 personas guardando las medidas anticovid, lo que no da para contratar a ninguna compañía con la categoría que se merece el Real Teatro de las Cortes. Y en cuanto a compañías de teatro aficionado que podrían actuar, también se verían afectadas por el escaso aforo, sobre todo teniendo en cuenta que suelen llenar el teatro por su fuerte implantación en la ciudad.
Por la misma razón no puede haber una concesión del Real Teatro de las Cortes a una nueva empresa dado el poco uso que va a tener, por la que la contratación se reduce a los momentos de actividad. Estos momentos de actividad son los actos oficiales como la conmemoración del 24 de Septiembre que es un acto con invitación y protocolario. También se celebrará la conmemoración del Decreto de Libertad de Imprenta el 10 de noviembre y el Pregón de Navidad que organizan conjuntamente el Ayuntamiento de San Fernando y la Real Academia de San Romualdo. Y punto final.
Desde el Ayuntamiento, la alcaldesa Patricia Cavada zanjó la polémica con estas explicaciones ante las críticas de la oposición por la falta de programación o por la situación de la plantilla, aclarando además que el Ayuntamiento está buscando locales alternativos para que la cultura no se vea perjudicada por el cierre del único local perfectamente equipado para representaciones profesionales.
Pero es precisamente ahí donde radica la dificultad para encontrar otros escenarios -públicos o privados- en los que organizar ciclos culturales con garantías sanitarias y con el suficiente aforo para hacerlas rentables. O al menos, que no se pierda un dineral, que la cultura es un bien para la ciudadanía, pero un bien deficitario.
Un teatro como el Real Teatro de las Cortes cuenta con todos los elementos indispensables para el buen fin de una función. Un local cualquiera, aunque un local de espectáculos, nunca será un teatro con todo lo que ello implica.
Cavada se remitió al proyecto de la Magdalena donde se pretende construir esa gran sala cultura llamada El Astillero y que sí se puede dotar del equipamiento propio para funcionar como teatro y como sala multiusos. Pero esa es una aspiración de San Fernando de esas que llevan más de veinte años esperando. Contar con un local con un gran aforo y cubierto tendrá que esperar, en el mejor de los casos, a finales de 2022 o principios de 2023. Y ojalá el Real Teatro de las Cortes ya pueda usarse al cien por cien. Porque ese sí que es un teatro.