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Provincia de Cádiz

Golpe a la raíz del tráfico de marihuana

La Policía Nacional desarticula 10 cultivos ‘indoor’ en Jerez y alerta del riesgo de esta práctica y los problemas de convivencia, seguridad y salud pública

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  • Imagen del interior de una nave donde se intervino una plantación de marihuana por parte de la Policía Nacional de Jerez. -

Pese a los éxitos cosechados por la Policía Nacional desde la puesta en marcha de la Operación Verde en febrero de 2019, la proliferación de plantaciones indoor de marihuana se generalizan en todo el territorio. “La inversión para acondicionar la vivienda es de unos 3.000 o 4.000 euros; los trabajos los llevan a cabo los intermediarios, de manera que el propietario solo debe ceder el espacio”, explica el responsable de la unidad de Participación Ciudadana del cuerpo en Jerez, que está de enhorabuena tras la detención de doce personas y la desarticulación de una decena de cultivos en el casco urbano de la localidad en actuaciones desarrolladas entre el 22 de abril y el 20 de mayo. “Con la primera de las cuatro cosechas anuales, recupera la inversión”, añade. Por un kilo de cogollos se paga en torno a unos 2.000 euros. El negocio es tan rentable que “gente que traficaba con cocaína y hachís se dedica ahora a esto”. También se están sumergiendo en el submundo de la delincuencia personas que no habían tenido previamente experiencias con el hampa. El riesgo penal no es especialmente elevado, con un máximo de dos años de cárcel según la cantidad aprehendida. Pero “este tipo de plantaciones lleva aparejado un incremento de la violencia entre bandas”, advierten fuentes policiales, con vuelcos que han dejado heridos por palizas coincidiendo con la recolección. “Las redes investigan con métodos parecidos a los nuestros, es peligroso”, remachan.

Además, acceder a formar parte de la cadena de producción de la droga en el primer eslabón, surtiendo de cogollos a los intermediarios que colocan el producto a grandes redes de transporte y comercialización que operan en países centroeuropeos como Reino Unido, Holanda, Francia, Serbia, Italia y Portugal, genera serios problemas de convivencia, seguridad y salud pública.

“Los vecinos de un piso destinado al cultivo sufren auténticas pesadillas”, aseguran. En primer lugar, el olor es intenso y pegajoso. “Después de cada intervención, paso una hora en la ducha, es muy difícil quitarse de encima el hedor”, confiesa un agente integrante del grupo de Estupefacientes de la Comisaría de Jerez. Pero, también han de soportar filtraciones provocadas por el riego de las plantas, muros recalentados por las lámparas halógenas y el ruido insoportable y constante de aire acondicionado. Todo ello conlleva un elevadísimo consumo eléctrico: entre cinco y seis veces más que una familia compuesta por cuatro personas que convivan en una vivienda de cuatro habitaciones. Dado que el suministro se presta por medio de enganches ilegales toscos, es habitual que se produzcan incendios en los contadores, algo que puede convertir un bloque en una trampa mortal. “El fuego nos dio la voz de alarma en San Juan de Dios”, uno de los puntos calientes, junto a San Telmo, la barriada de la Constitución (El Mopu), Plaza de Luis Parada (Titanic) o la barriada de Federico Mayo (El Chicle). “Aunque también hemos actuado en pleno centro, en la calle Juana de Dios Lacoste o en Pozo Albero”, matizan. Es habitual que los vecinos, gente humilde, sin muchos recursos, sufran amenazas y coacciones, por lo que gran parte de las denuncias llegan finalmente por medio de la web y el anonimato.

El responsable de Participación Ciudadana también pide tener en cuenta que la marihuana cultivada crea auténticos problemas de adicción. “Hemos recibido llamadas de profesores de institutos impotentes porque hay alumnos que consumen antes de entrar en clase a las ocho de la mañana”, aseguran. La droga cultivada con semillas transgénicas es hasta cinco veces más potente que la fumada en los noventa. “Detrás de todo esto está el abandono escolar e incluso el primer fracaso laboral y puede provocar problemas mentales a largo plazo”, lamentan. “Conviene recordar -concluye-, que mientras unos se lucran, otros pierden los mejores años de su vida o asumen serios riesgos”.

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