El estudio, realizado por Ángeles Llorca Díez, analizó una muestra formada por 266 participantes con edades comprendidas entre los 11 y los 16 años, junto con sus correspondientes padres.
El trabajo pretendía investigar si las actitudes de los usuarios ante los videojuegos y la forma en que los utilizan repercuten significativamente a la inteligencia espacial, la autoeficacia y el rendimiento académico.
Más de la mitad de los padres encuestados tiene una opinión desfavorable sobre los videojuegos, pero, si embargo, los siguen comprando para sus hijos y no adoptan criterios de protección al adquirirlos.