Al abogado y escritor jerezano Juan Pedro Cosano escribir El abogado de pobres (2014) le curó “completamente” de sus serios problemas de estrés en el verano de 2013. En julio de ese año se autoconfinó en su residencia familiar por prescripción médica tras una etapa de muchísimo trabajo y presión por el caso de los ERE. Fueron más de dos meses “enclaustrado” y en los que vio la luz al que considera su “primogénito” en el mundo literario: Pedro de Alemán, el personaje al que reconoce que más cariño le tiene y que pone en pie pensando en su padre. “Es el que me hace estar aquí, el que me ha conseguido que mi nombre se conozca en toda España y fuera de ella, y el que me ha abierto las puertas de una editorial como Planeta. Después vinieron las nuevas entregas de las peripecias del letrado que tantas alegrías le ha dado y otros títulos como La fuente de oro, ambientada en el mundo bodeguero de Jerez. Ahora regresa con El Rey del Perú, una novela histórica sobre uno de los episodios más desconocidos de la conquista española del Perú y que espera poder presentar presencialmente en un futuro. Finalmente, en un ejercicio de responsabilidad y prudencia, Cosano ha decidido suspender el acto de este próximo viernes en el Palacio del Virrey Laserna que iba a correr a cargo del ex ministro Miguel Arias Cañete. “Espero que sea un aplazamiento y no una suspensión”, admite. Sí habrá una presentación virtual.
Estoy ilusionado, más de lo que estaba al principio. La acogida de ‘El Rey del Perú' está siendo increíble'
‘El Rey del Perú’ es ya su novena novela, que se dice pronto. Siempre la recomienda a todas las personas que amen España
–La novela está dedicada a aquellos que aman este viejo y hermoso país llamado España; la verdad es que escribiéndola me ratifiqué en mi idea de lo grande que es España, que fue la dueña del mundo conocido, y de lo que fuimos capaces de hacer. Y eso la gente no lo tiene en cuenta hoy en día.
¿Cómo se gesta esta nueva obra?
–La novela nace porque la editorial me sugiere escribir sobre la conquista del Perú y sobre Francisca Pizarro, la hija mestiza del conquistador. Porque una de las cosas más interesantes, y que es un poco la moraleja de esta obra, es que mientras más al norte los franceses y los ingleses en Norteamérica se dedicaron a exterminar a los indios, queda hoy en día una pequeña muestra en la reserva. Nosotros nos mezclamos con los indígenas, y de ahí nace la nueva raza que hoy habita en Sudamérica. Todos los conquistadores tuvieron sus mujeres incas, aztecas o mapuches, tuvieron descendencia, extirpe que aún sigue existiendo en aquellos países. Nosotros conquistamos, pero nos mezclamos con los pueblos conquistados.
Al final se decanta por Gonzalo Pizarro
–La idea fue escribir sobre Francisca Pizarro. Hice una primera novela sobre este personaje, muy curioso, pero era muy difícil encajar a la niña con la conquista; esa primera novela no nos gustó. Hicimos una segunda, también centrada en Francisca Pizarro, ya en la etapa última de la conquista. Y tampoco cuajó. Y ya pedí que me liberaran de ese compromiso de escribir sobre la hija del marqués y me centré en Gonzalo Pizarro, que es una figura fascinante. Es el pequeño de los Pizarro y el primer rebelde de América, como le digo yo, porque él se levanta en armas contra el rey Carlos, en contra de las leyes nuevas publicadas, mata al virrey y durante cuatro años fue el gobernador del Perú por designación propia.
A priori es un tema en el que no se ha ahondado demasiado y que le ha fascinado
–A mí me encantaba el mundo azteca y he leído muchísimas monografías y novelas ambientadas en el mundo azteca. Del mundo inca, en cambio, no conocía absolutamente nada, más allá de la figura de Atahualpa y algunos dioses, como el Pachamama, por mi afición a la música folk sudamericana. Cuando me sumergí en lo que he escrito sobre ellos, la verdad es que he quedado encantado. Era una cultura mucho más dulce que la azteca, menos cruel, no practicaban con tanta frecuencia el sacrificio humano. Eran crueles con los pueblos vencidos, igual que los aztecas, pero eran una civilización avanzada en comparación con los pueblos de su entorno. Por ejemplo, en el sexo eran libérrimos: existía absoluta libertad. Y había lo que se llamaba el matrimonio de prueba y el matrimonio definitivo. Es una cultura fascinante. Yo vi enseguida una novela, con dos partes, el mundo inca, el mundo de la conquista, que también es fascinante, y me inventé el personaje de Nayaraq. Esta noble inca, que narra la mayor parte de la novela, tiene dos dones insólitos: el don de lengua y un segundo, que es que puede predecir la muerte de personas cercanas a ella. El nombre de El Rey del Perú viene porque él le pide dispensa al Papa para casarse con Francisca para así unir las dos sangres, la sangre de los conquistadores (Los Pizarro) y la sangre de los reyes inca, puesto que Francisca era nieta del último gran emperador inca, y así obtener la legitimidad necesaria para proclamarse Rey del Perú. Así fue la génesis de la novela.
Viendo cómo lo cuenta casi que mejor no le pregunto qué ha sido lo más complicado
–Lo más complicado ha sido encontrar el personaje y el argumento. Yo creo que escribí la novela en tres meses. Ya estaba documentado, me era más fácil, y la idea me vino enseguida, porque vi la novela en el mundo inca. Vi la historia y vi lo que iba a pasar a continuación. El desenlace fue más complicado, y también hay sesgos sobrenaturales, lo que yo nunca he hecho, pero me lo he pasado estupendamente escribiendo y creo que se refleja en mis palabras
¿Cómo está siendo la acogida? Está recién salida del horno (se publicó el 25 de agosto)
–Pues mira lleva pocos días en el mercado y las ventas evidentemente aún no se han podido testar, pero por lo que veo en cuanto a pedidos y su situación plataformas digitales, nunca un libro mío está tan alto en ventas en una plataforma como ahora, y sobre todo la atención de los medios de comunicación. Esta novela va a tener acceso a medios que ninguna de las mías ha tenido. Yo estoy ilusionado, más de lo que estaba al principio, fíjate, porque con una novela histórica siempre es complicado, pero estoy viendo que la acogida está siendo increíble.
De momento ya hay críticos que la han colocado en el top five de las novelas históricas españolas más atractivas de septiembre, junto a la última de Arturo Pérez-Reverte
–Eso te da en la vena del gusto, para qué negarlo. Las novelas tienen seis meses de vida, sino las retiran de las librerías. Espero que tengamos el mismo recorrido que El abogado de pobres, que aún sigue estando después de seis años y ya va por la cuarta o quinta edición.
¿Es Pedro de Alemán al personaje que le tiene más cariño?
–Pues sin duda alguna, porque es el que me hace estar aquí, el que ha conseguido que mi nombre se conozca en toda España y en otros sitios de fuera del país, y el que me ha abierto las puertas de una editorial como Planeta. Mi nombre se vincula a Pedro de Alemán y es abogado, aparte de que este personaje lo escribo pensando en mi padre, que había muerto poco antes. Él era Cosano Alemán. Evidentemente es el personaje que más quiero. Fue el primogénito.
Imagino que todo el mundo se lo pregunta. ¿Habrá una nueva entrega de esta saga?
–Yo creo que después de la novela de María Luisa de Orleans retomaré a Pedro de Alemán, y a ver si hacemos ya el desenlace de ese desafío inconcluso entre el abogado de pobres y el Marqués de Gibalbín. Algo de eso tengo en la cabeza y espero poder empezar a escribir en cuanto acabe con el proyecto que tengo entre manos.
Ya está entonces inmerso en otro título...
–Llevo muy avanzada una novela sobre María Luisa de Orleans, sobre el rey Carlos II El Hechizado, con su escritor de cámara como protagonista, Francisco de Bances y Candamo. Es una investigación sobre la muerte de María Luisa de Orleans, que se sospechaba que fue envenenada, y llevo ya doscientas y pico de páginas. Quienes la han leído dicen que va a ser mi mejor novela. Yo estoy muy entusiasmado, aunque aún no tengo el final en la cabeza. Llevo tiempo sin poder escribir y espero retomarla en septiembre.
¿Hay algún día en el que Juan Pedro Cosano no escriba? ¿De dónde saca tiempo?
–Estoy escribiendo constantemente, lo que pasa es que unas veces son demandas y otras son novelas. Llevo desde el 5 de junio sin abrir el archivo de la novela nueva, porque estoy con correcciones, trabajo, juicios complicados, recursos con plazos… Hay veces que no hay tiempo y no hay forma de buscarlo, pero cuando la cosa se tranquiliza y se normaliza, el tiempo se busca, aunque sean dos horas diarias a mí me cunden. Escribo muy rápido, y al final yo en escribir una novela más de cinco meses no tardo.
¿Cómo se imagina en un futuro? ¿Con la toga o escribiendo?
–¿Cuando sea mayor?(risas). Yo siempre digo que ahora tengo dos oficios. Ambos me gustan, con ambos soy feliz. Siempre digo que a mí un juicio largo me gusta más que un crucero, y hoy en día me puedo permitir elegir no llevar asuntos que no me gustan. Soy feliz con la toga y me gusta mucho con lo que hago, y disfruto mucho haciendo una demanda bonita, pero no te voy a negar que ahora mismo la escritura me llena de satisfacción y me hace muy feliz. Pero yo sé que vivir de la literatura es muy complicado, salvo muy poquitas excepciones. De todas formas, creo que jamás dejaré el oficio de abogado, porque en el fondo me gusta. Tengo una empresa que en cierta forma depende de mí, tengo hijos y sobrinos que empiezan ahora en la abogacía y quiero estar al lado de ellos hasta que Dios me lo permita. Por ello pienso que moriré con la toga puesta. Como tantos abogados, el abogado casi nunca se jubila, conozco muy pocos que se hayan jubilado.