La chirigota de Écija comenzó su repertorio completamente a oscuras y, al encender las luces del escenario, se destapó el misterio: dinosaurios llegados desde un parque jurásico muy peculiar, como su primer pasodoble.
La letra, dedicada al concurso y con bromas durante la interpretación, acabó hablando de la ausencia del peaje y la ventaja que ello les supone. La segunda, completamente seria, criticó con dureza la presencia de las casas de apuestas en las ciudades.
La tanda de cuplés tuvo una suerte dispar: en el primero a su mujer le gustan los juguetes sexuales y el segundo fue rematado con Maradona. Mejor el segundo.