El Ayuntamiento de Barbate ha dirigido formalmente dos peticiones a la Diputación de Cádiz y a la Delegación Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía para que se tenga en cuenta la fumigación en la zona contra las plagas de mosquitos y orugas procesionarias. En el documento, el alcalde de Barbate, Miguel Molina pide que “se coordinen esfuerzos y solicitarles que se incluyan las partidas presupuestarias y consignaciones oportunas para que en estos meses se hagan las fumigaciones aéreas oportunas o la que estimen que eviten vuelva a ocurrir la desagradable situación de años anteriores, donde nos encontramos con una plaga durante prácticamente todo el verano”.
La petición reitera el peligro de la oruga procesionaria para los pinares del Parque Natural de la Breña, además de para las personas y animales por su efecto altamente urticante al contacto, que puede llegar a ser mortal para las mascotas. Con respecto a los mosquitos, los esfuerzos de erradicación y control de la población implican la eliminación o el tratamiento de fuentes de agua estancadas, cuestión muy complicada por la cercanía de las marismas del Barbate, por lo que “la única vía es la fumigación con insecticidas para matar a los mosquitos adultos, antes de su reproducción”. Sin embargo, se pide que dicha fumigación se realice con productos y medios que sean sostenibles y no dañen el ecosistema.
El documento reitera que “esta plaga afectó especialmente a Barbate, pero también nos consta que a las localidades vecinas de Conil y de Vejer de la Frontera”. “Por ello desde esta Administración local, le pedimos que estando a tiempo y antes de que se reproduzcan, se arbitren las medidas urgentes para que no se vuelva a repetir esta situación durante el año 2020, ni en años venideros”.
El delegado de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Barbate, Enrique Álvarez, ha destacado que “de lo que se trata es de dar traslado con tiempo tanto a la Consejería de Medio Ambiente como a la Diputación de que incluyan en sus partidas presupuestarias la fumigación de la zona que afecta a Barbate”. El edil ha explicado que la fumigación tras el verano “no sirve para nada”, por lo que el tratamiento debe realizarse “en primavera, cuando estos insectos ponen huevos y están en fase larvaria”.
Álvarez señala que “además de lo molestos que son los mosquitos, también suponen un problema de salud pública al transmitir enfermedades”. En el caso de la oruga procesionaria, “son muy tóxicas y afecta tanto a personas como a animales, además de atacar la parte blanda del pino hasta su deterioro”.