El alcalde Juan Espadas, en sus últimas intervenciones ante la prensa, ha vuelto a apostar decididamente por la ampliación del tranvía aunque ahora, tras el frustrado intento durante el último tramo del anterior mandato, en lugar de hacerlo sólo hasta Nervión y Santa Justa, plantea un escenario en el que la ampliación llegaría hasta La Encarnación, con la "excusa" de poder limitar así el acceso de vehículos privados al centro de la ciudad.
Aunque este proyecto "puede resultar interesante", en la práctica, para Sevilla se mueve, significaría "descartar de facto la Línea 2 del Metro de Sevilla, algo con lo que Espadas ya estuvo coqueteando durante la reciente campaña electoral para las elecciones municipales".
Si bien la proyección de un tranvía no impide la construcción del Metro, "dados los precedentes y el déficit de inversión en infraestructuras de la ciudad, en absoluto resulta creíble que se vayan a ejecutar ambos proyectos". Así, para Sevilla se mueve las declaraciones del alcalde "son un canto de sirena que busca ocultar la suspensión de la Línea 2 de Metro", por lo que insta a Espadas a "plantear con todas las cartas sobre la mesa un futurible escenario razonado sobre la convivencia de esa idea de tranvía y la ya proyectada Línea 2 de metro", que prevé cruzar el Casco Histórico de forma subterránea tal como dictan los proyectos constructivos ya redactados, pendientes sólo de algunas actualizaciones.
Desde Sevilla se mueve señalan que "renunciar a la Línea 2 de Metro supone decir adiós definitivamente a la única línea cuya prolongación metropolitana puede contribuir a reducir el uso del vehículo privado en el Aljarafe, uno de los grandes problemas a la movilidad del área metropolitana, ya que los 8km/h a los que circularía el tranvía de Espadas por el centro histórico (frente a los 29km/h con los que lo haría el metro subterráneo) difícilmente resultarían convincentes para cualquier persona que se plantee usarlo diariamente para acudir a su trabajo en lugar de usar el coche".
Para defender el tranvía, inciden desde Sevilla se mueve, "Espadas pide un debate con rigor. Rigor, sin embargo, al que falta comparando Sevilla con Londres o Berlín, ciudades de una escala completamente diferente y con sistemas de metro implantados desde hace muchas décadas. Del mismo modo, otras ciudades de la escala y población de Sevilla, como Oporto, Lille o Valencia, no ejecutan en superficie su red principal de transporte público en las zonas céntricas o de mayor demanda, lo cual supone introducir nuevas trampas a la discusión".
"Asimismo -continúan desde la asociación ciudadana- tampoco ayuda tildar de "debate cateto" a una de las discusiones más importantes a las que la ciudad se enfrenta, pues podría parecer que la única visión correcta es aquella que defienda el gobierno municipal sin tener en cuenta ni a técnicos ni a la sociedad civil. Cuando se escucha al alcalde hablar de transporte público, da la impresión de observar a alguien pintando líneas sobre un plano sin ton ni son en lugar de a un representante público promoviendo reflexiones serias y con altura de miras, proyectando más allá de la ciudad y pensando, también, más allá de su parcela de poder, es decir, en el área metropolitana, de la cual Espadas debe ejercer un liderazgo que, hoy por hoy, brilla por su ausencia".
"Ante el escenario planteado, como era de esperar, el grupo municipal de Adelante Sevilla no ha dudado en recoger el guante de Juan Espadas y apuesta por alcanzar un acuerdo en este sentido, toda vez que el partido de Susana Serrano siempre ha sido reticente, escudándose en seudónimos, a la construcción del metro subterráneo", apuntan desde Sevilla se mueve.
Sevilla se mueve "rechaza de forma rotunda esta aparente declaración de intenciones del alcalde y le insta a pronunciarse con franqueza, al margen de la financiación que debe resolverse con la Junta de Andalucía, sobre cuáles son sus verdaderos planes respecto a la Línea 2 de metro en el caso de que su ansiada construcción del tranvía llegue finalmente a ejecutarse".
Del mismo modo, Sevilla se mueve anima "a avanzar en la pacificación del tráfico en el Casco Antiguo, tanto con zonas de tráfico limitado (como se hizo con el Plan Centro que Espadas y Cabrera no se atreven a restituir) como con peatonalizaciones, algo que debería ejecutarse cuanto antes y quedar desligado de discusiones sobre hipotéticas ampliaciones del tranvía".
