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Jerez

Jerez besa ya las arenas de Doñana

El Simpecado morado embarcó en Bajo de Guía pasadas las seis y media de la tarde, una hora más tarde de lo previsto

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El momento del embarque en Bajo de Guía.

El momento del embarque en Bajo de Guía.

Mañana de despedidas en Jerez.

Avanzando por la calle Porvera.

Por la calle Ancha, camino de la salida de Jerez.

La Hermandad del Rocío de Jerez inició este miércoles su recorrido hacia la aldea almonteña en una jornada de temperatura agradable e incluso fresca en muchos momentos que hizo más llevadera la siempre complicada singladura por la carretera del Barroso hacia Sanlúcar de Barrameda.

La iglesia de Santo Domingo constituyó el punto de partida de una comitiva integrada por alrededor de tres mil romeros en la que se ha advertido un notable repunte del número de vehículos de tracción mecánica.

El dominico fray José Gil ofició una misa de romeros en la que adquirió especial relieve la participación del tenor Ismael Jordi, que interpretó el Ave María de Schubert y que posteriormente también daría un mayor realce al canto de la salve de Jerez. Jordi es uno de los peregrinos que caminan a pie detrás de la carreta del Simpecado morado.


La hermandad recibió la ofrenda floral y musical de los alumnos de la escuela de La Salle San José a paso por la Porvera. Posteriormente, la comitiva continuaría su recorrido habitual por Ancha, Santiago y Taxdirt, hasta llegar al Hospital San Juan Grande, donde se despidió de la ciudad de manera definitiva.

A partir de ahí llegaría el recorrido por la antigua carretera de Sanlúcar, el Ángelus del Barroso y el posterior rengue de almuerzo en Ventosillas.

 

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Ya con la desembocadura del Guadalquivir como testigo, el Simpecado rendiría honores a la Virgen del Carmen que preside la capilla de Bajo de Guía, para minutos después tomar contacto con la arena y ascender por la rampa de la barcaza que debía llevarlo a la playa de Malandar. La carreta del Simpecado embarcó a las seis y media de la tarde, una hora después de lo inicialmente previsto.

El embarque estuvo marcado por el fuerte viento de poniente, lo que hizo que el ambiente no se relajara hasta que la comitiva no pisara ya la playa de Malandar.

 

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