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Jaén

“El nivel de exigencia de la banda te hace crecer como técnico”

Alberto Ruiz (Jaén, 1980) es ingeniero acústico ytécnico de sonido de la banda madrileña ‘Vetusta Morla’

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  • Alberto Ruiz. -

Su relación con el sonido comenzó siendo un niño. Con apenas trece años ya manejaba los equipos con su tío, responsable de una de las empresas de sonido que más trabajaba en la provincia. Fue su escuela, pero siempre quiso más y hoy es ingeniero acústico y técnico de sonido de la reconocida banda madrileña ‘Vetusta Morla’.

Alberto Ruiz (Jaén, 1980) estudió ‘Electrónica’ en el IES ‘Fuentezuelas’ de la capital e ‘Ingeniería Acústica’ en Manchester, donde comenzó su carrera profesional. Se marchó de Jaén en el año 2006 y desde entonces se profesionalizó como técnico de sonido, haciendo los directos de reconocidos artistas. Entre otros, Lolita Flores, Manuel Carrasco, Soraya o Son de Sol.

En 2014 llegó a Vetusta Morla como técnico de sistema, siendo el responsable del ajuste y diseño del sonido, convirtiéndose en 2016 en el técnico de sonido de la reconocida banda de música indie. “Los inicios fueron duros. Pasé de hacer conciertos de seis mil personas a otros de cuarenta mil. La sensación en la mesa de sonido era de mucha responsabilidad. Todo lo que pasa por el escenario es decisión tuya. Pueden tocar muy bien, pero si no trabajas bien, no suenan”, afirma.


Este viernes, 31 de mayo, será reconocido como mejor técnico de sonido en los IV Premios de la Música de la Provincia de Jaén que organiza este periódico, por ser uno de los grandes técnicos jienenses reconocidos a nivel nacional.  “Que te premien por tu trabajo, en tu ciudad y que te reconozcan como técnico un jurado de gente de la cultura es una maravilla. Hay que apostar por la música siempre y estos premios lo hacen”, agradece.

En esta línea, Alberto Ruiz reconoce que “hay que apostar por la cultura desde el minuto uno, con más escuelas musicales, más conciertos” y defiende que “la música hay que pagarla porque la de calidad no puede ser gratuita”. Dice: “Tiene que haber música en todos los rincones de Jaén”. Lleva a Jaén “por bandera” y reconoce que esta ciudad tiene “grandes técnicos de sonido”.

“Jaén tiene un equipo de profesionales técnicos en general muy bueno porque siempre ha habido muy buena formación. Jaén tiene muy buena escuela de técnicos porque fue pionera en cursos de sonido y lleva ventajas sobre otras capitales como Granada o Córdoba”, reconoce. Los tres técnicos de ‘Vetusta Morla’, también el de iluminación y el de monitores, son jienenses.

“Soy un privilegiado porque éste es un mundo muy complicado. Hay técnicos muy bueno, pero me ha tocado a mi. He trabajado mucho, pero también he tenido mucha suerte por estar con una banda de primera línea”, valora.

Agradece que “a la música en Jaén se le está dando más espacios” para sonar y que los músicos tengan “más libertad” y aplaude que “el sector privado se está moviendo”.

Inmerso con ‘Vetusta Morla’ en la gira y los festivales que le ocuparán 2019, en los conciertos “todo tiene que funcionar a la perfección, debido al nivel de exigencia de la banda”.  Los nervios aparecen cinco minutos antes de comenzar, después de horas de trabajo. “Son muy perfeccionistas. Implementamos mucha tecnología en el concierto porque es un disco muy complicado y tenemos que ser muy exigentes. El nivel de exigencia te hace crecer cada día como técnico”, dice. Trabaja para rozar la perfección acústica, sin embargo, asegura que “el sonido perfecto no existe” y “nunca existirá por depender de cuestiones como la exigencia de quien escucha, el auditorio y los equipos”, entre otros aspectos.

Su trabajo le permite disfrutar de la energía del público, que se cuentan por miles de personas en los conciertos y   festivales. “El público de Vetusta Morla se involucra muchísimo y es muy crítico. Desde mi posición puedo ver si conectan o no. A día de hoy, en la música hay pocas bandas que le lleguen al nivel de exigencia que mantienen. Es una banda muy querida en España”, afirma.

Lleva dos años viviendo en Casablanca y no descarta volver a Londres, para trabajar y seguir creciendo como técnico de sonido. “Me vine con la espina de haber podido hacer más cosas. Me gustaría trabajar con una gran banda inglesa”, confirma un técnico que quiere seguir creciendo y que se siente respetado en la industria. “Los artistas saben que lo que hacen están en nuestras manos. El respeto es mutuo”, termina.

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