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Sevilla

Lleno a rebosar en el ecuador de la feria

El festivo ha hecho que el Real de Los Remedios se llene por completo, destacando la gran cantidad de coches de caballo

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Si la jornada previa al festivo del martes hizo que los sevillanos y muchos visitantes se acercaran hasta el Real de la Feria para comenzar a vivir la fiesta con plenitud, el miércoles festivo ha sido el día en el que probablemente se romperán todos los registros, con las calles llenas a rebosar, especialmente con la gran cantidad de carruajes que el Ayuntamiento insiste en que no ve necesario limitar, y que se mezclaban con el  sinfín de ir y venir de caseta en caseta, que, esta vez sí, se han visto completamente abarrotadas.

Es el ecuador de la Feria de Sevilla y, a ratos, no se cabía en el Real de Los Remedios. La jornada festiva y, en especial, desde que se instaurara la fórmula de sábado a sábado, ha convertido el miércoles en la jornada con más afluencia de público pero también la más larga. Comienza el martes previo pero también muy temprano por la mañana, con infinidad de recepciones y actos en muchas casetas, las institucionales pero también las señeras que mantienen una actividad elevada a lo largo de la semana.

Esta vez la recepción principal en la caseta del Ayuntamiento la protagonizaba la Diputación de Sevilla y, con su presidente al frente, Fernando Rodríguez Villalobos, ha sido un hervidero de representantes de los municipios pero también de políticos, de muchos políticos, que igual que iban a la Caseta Municipal, se pasaban por la de la Ser, otro foco del mundillo institucional, económico y social a nivel sevillano pero también a nivel andaluz.

La tradicional recepción de la Diputación ha contado con la presencia de numerosas autoridades, como el vicepresidente de la Junta -también titular de Turismo- y líder regional de Ciudadanos, Juan Marín; la secretaria general del PSOE, Susana Díaz, y el dirigente de Vox Francisco Serrano.

Y es que la Feria de Abril es una de esas “tradiciones imprescindibles” de Sevilla, como ha explicado a Efe Susana Díaz, ataviada con un traje blanco con lunares negros, antes de hacerse la foto oficial junto a una ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero, ataviada para la ocasión, o el presidente de la Diputación, satisfecho de ver el poder de convocatoria de la entidad que preside y “cargando pilas” antes de la campaña electoral para municipales y europeas.

De trajes y carruajes

Mundo político al margen, la Feria ha lucido este miércoles en todo su esplendor, con un lleno de esos que hacen que esta fiesta genere tanto interés dentro y fuera del país. El colorido y la diversidad del único traje regional sujeto a la moda, que en Sevilla se viste y se lleva casi como un uniforme cuando se está de Feria, ha vuelto a destacar en el interior de las casetas pero no tanto en los paseos por el Real, casi imposibles a pesar de que existen pasos para “feriantes” mientras los carruajes toman las calles.

Rondando los 1.300 del martes y a falta de que se confirme en el balance municipal, su presencia está siendo una de las notas principales de la Feria. El delegado de Movilidad, Seguridad y Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera, ya ha considerado que no es necesario limitar el número de coches de caballos, como se hacía antes de la crisis para evitar la saturación a ciertas horas y el caos en determinados momentos. Aun así, sería necesario replanteárselo, por comodidad, convivencia y seguridad, aunque siempre es más que destacable el cumplimiento de los horarios y la diligencia de las fuerzas y cuerpos de seguridad a la hora de agilizar su salida del real.

La otra característica, que no es nueva, de esta Feria es el consumo “moderado” que se registra. Ya es habitual que muchos vayan “comidos” a la caseta, en la que se tapea y bebe con cautelosa moderación, quizás porque son siete días continuos, con dos fines de semana y un festivo intermedio, porque el bolsillo no siempre lo puede permitir y porque es mejor aguantar un poco que gastarlo todo de pronto.

El propio alcalde, Juan Espadas, defendía el formato de Feria larga ante las opiniones de aquellos que creen que puede resultar “demasiado larga”: “la ocupación hotelera con dos fines de semana no tiene nada que ver con la Feria de antes”, aseguraba, recordando su “impacto y beneficios económicos” en términos de empleo y riqueza. De la preferia oficiosa se ha pasado a declarar oficial siete días y con dos fines de semana, apuntaba.

Eso sí, para el sevillano de a pie, si antes el único fin de semana suponía también el de la estampida hacia las playas, ahora la migración temporal del lugareño comienza a producirse a partir del miércoles festivo. Y el fin de semana, para el turista. O para los de los pueblos, como ha sido la costumbre históricamente en la Feria de Sevilla.

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