Austria, que este semestre preside la Unión Europea (UE), ha propuesto en un documento durante una reunión de técnicos del bloque que, salvo contadas excepciones, no se pueda pedir asilo en territorio de los Veintiocho, según informó hoy el semanario Profil.
El portavoz del Gobierno austríaco, Peter Launsky-Tieffenthal, ha confirmado la autenticidad del documento pero matizó que se trataba solo de "una reflexión" para abrir un debate sobre las actuales políticas de asilo.
Rechazar una petición de asilo presentada en la UE iría en contra de la Convención de Ginebra sobre el estatuto de los refugiados, de la que los Estados del bloque son signatarios.
Según ese semanario, el documento elaborado por el Ministerio del Interior, en manos del ultraderechista Herbert Kickl, circuló en una reciente reunión del Comité Permanente de Seguridad Interior (COSI), un órgano técnico con representantes de los países de la UE.
En el documento se exige un nuevo modelo de protección para refugiados y se propone que "ninguna petición de asilo pueda presentarse más en suelo europeo" por parte de ciudadanos no europeos, según un adelanto de la información que el semanario publicará completa el lunes.
Por el contrario, se propone que tanto las personas necesitadas de protección como su número sean escogidos de forma voluntaria por los propios Estados europeos en centros fuera de la UE.
Solo recibirían asilo aquellas personas que respeten de forma explícita "los valores de la UE, su fundamento legal y sus libertades", indica el documento.
El Gobierno de coalición austríaco entre democristianos y ultranacionalistas ha hecho de la lucha contra la inmigración irregular y la llegada de refugiados uno de sus principales ejes de acción política.
El pasado jueves el Parlamento austríaco aprobó una enmienda a la ley de extranjería que restringe los derechos de los refugiados y que contempla cobrar hasta 840 euros a los solicitantes de asilo para sufragar los trámites.
La lucha contra la inmigración es también una de las prioridades de Austria en su presidencia de la UE, que lleva por lema "Una Europa que protege".