La noche del Martes Santo se hizo penitente con la salida en procesión de la Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Humildad y María Santísima Madre de Dios. Los alrededores de la parroquia de Cristo Rey se llenaron de jienenses, que como cada año, esperaron el paso del Cristo, del Señor Crucificado, para ser testigos de una de las manifestaciones públicas de fe con más seña de identidad de la Semana Santa jienense.
Los momentos más íntimos como hermandad se vivieron en el interior del templo. Mientras el Cristo esperaba en su paso, el pasillo lo ocupaban los nazarenos, divididos en hermanos de luz, identificados con sus farolillos, y los hermanos de Cruz. La parroquia se oscureció. Con las luces apagadas, la única que alumbraba era la de los faroles, prendida con luz del Santísimo, símbolo de unión entre los hermanos, que encadenados de manos, realizan su procesión de penitencia. Encendidos todos los faroles, con cera de color amarillo tiniebla, el templo quedó alumbrado así para iniciar las oraciones colectivas.
La Junta de Gobierno de Diego Montiel y todos los hermanos rezaron la Oración al Santísimo Cristo de la Humildad, las Protestación de Fe y realizaron el Voto de Silencio. De rodillas, los hermanos se prepararon para pedir por una procesión sin incidencias.
La salida es uno de los momentos más emocionantes para la Cofradía de nazarenos, que cada Martes Santo ofrece en la calle una lección catequética de la Pasión de Jesucristo. Sus costaleros, a pulso, avanzaron poco a poco con el Cristo, captando todas las miradas. Se inició así un desfile cuya seña de identidad fue el recogimiento, con un paso de estilo rococó, obra del tallista José Carlos Rubio Valverde, que fue estrenado en 2002 y terminó de completarse en 2010.
El orden procesional lo encabezó un muñidor escoltado por dos servidores portando faroles de viático; seguido de la Cruz de Guía acompañada de dos faroles; la Bandera Crucifixit; el Estandarte del Santísimo Cristo escoltado por dos faroles; la Bandera de Cruz de Santiago y presidencia; el Guión de la Hermandad y presidencia, el Libro de Estatutos y la Presidencia de la Hermandad; el Servicio de Paso con cuatro acólitos ceriferarios, pertiguero y tres acólitos turiferarios; el paso del Santísimo Cristo de la Humildad y la Presidencia eclesiástica.
Jaén se silenció y se oscureció con el Santísimo Cristo de la Humildad en la calle. Se hizo el silencio y la devoción a la Imagen se manifestó en el respeto de todos a la procesión. Durante más de cuatro horas de itinerario, la Cofradía caminó para transmitir sencillez, humildad, dolor y sufrimiento por la Muerte de Jesús.
Al recogerse, es tradición que la Hermandad rece en el templo unas preces por la procesión realizada y una oración por los hermanos difuntos.