Rafael Raya Rasero acaba de publicar un libro excepcional, único en la bibliografía andaluza. Si titula “La Andalucíada. Epopeya de Andalucía”, con casi cuarenta años de trabajo, de investigaciones por medio mundo… Baste decir que el glosario final suma más de mil setecientas entradas… El libro suma 917 páginas, impresas en papel ahuesado, impresa con tipos de fácil lectura. Lleva cubierta dura y sobrecubierta impresa a todo color. En las guardas, las antecubiertas, lleva dos grabados preciosos, dos mapas históricos, uno del Reino de Turtussa y otro de la Península Ibérica. En ambos se estampa la toponimia mítica que sirve de soporte a esta historia novelada que recupera, que desvela los orígenes mitológicos de nuestra tierra. La obra impresa en Gráficas La Paz, lleva magníficas ilustraciones firmadas por Isidoro Borrego Martín y José Vicente Cairón Sánchez, con la aportación del propio autor del libro. La imagen de cubierta es de Sebastiano Ricci y es un detalle del cuadro de Neptuno y Anfrititi, procedente del Museo Thyssen Bornemisza, de Madrid.
La editorial Club del Libro de la Puerta Carmona, Clulipucar, presenta la obra con estas palabras: “La Epopeya de Andalucía y del pueblo andaluz novelada con la aportación de todas las mitologías antiguas grecorromanas, hebreas, persas, americanas, indús y de otros territorios peninsulares como Cataluña, País Vasco, Galicia o Portugal, cuyos orígenes mitológicos se vinculan a la Gran Matriarca Turta, trascendida hasta nuestros días en ritos, romerías, costumbres… al no haber podido destruir su recuerdo religioso, credos políticos o culturas invasoras, a pesar de haberlo intentado.
Con un planteamiento universalista, el autor menciona 1730 personajes y lugares de varios Continentes, que son glosados con detalles minuciosos y giran en torno a una ninfa de origen marino, apoyada por los dioses para crear un reino, un Imperio y el nacimiento, apoteosis y declive de una gran civilización, siendo luego divinizada como Diosa Blanca, dadora de bienes e intercesora entre mortales e inmortales”.
Rafael Raya Rasero intentó a comienzos de los años ochenta del pasado siglo XX levantar en la campiña cordobesa un monumento físico a Andalucía y al no conseguirlo empleó casi cuarenta años en construir un monumento literario con este libro joya, viajando a decenas de países de Europa, Asia, África y América, para recopilar datos, visitar museos, yacimientos arqueológicos, biblioteca y asistir a congresos y seminarios relacionados con la Historia Antigua y la Arqueología.
Abre el libro un prólogo firmado por Fernando Sánchez Dragó, que es una excepción en este escritor, donde califica a Rafael Raya Rasero de escritor cosmopolita andaluz y saluda la aparición de este libro calificándolo de “obra hercúlea”, por su extensión, ambición y aportaciones inéditas al conocimiento de la historia andaluza en sus orígenes mitológicos. El prólogo de Sánchez Dragó es breve, pero muy importante, y aporta ideas que ayudan a comprender el texto del libro de Raya Rasero.
Dice el autor en el preámbulo que La Andalucíada es una obra ambiciosa y rica que se apoya en la más pura tradición clásica de los poemas épicos. Sin embargo, su originalidad estriba precisamente en que no se trata de un poema, sino en un texto en prosa, tal como exigen los nuevos gustos; podríamos decir que se trata de una novela épica o de una epopeya narrativa en prosa. Este es el testimonio de Tania Padilla, escritora y filóloga cordobesa, tras leer el manuscrito de la obra de Raya Rasero.
El índice es pormenorizado, muy informativo, e incluye siete capítulos en su primera parte, y trece en la segunda parte. Después añade el libro un cuadrante donde se incluyen los dirigentes, territorios y habitantes. Siguen doce estampas con los árboles y estirpes, donde se incluyen la provincia turtússica originaria, la capital de la provincia, el territorio asignado, la capital del reino y el símbolo de la estirpe.
Y así se exponen las estirpes de los Etmanessos, los Tartessos, los Hiberuessos, los Cynetessos, los Bastiessos, los Masienessos, los Cempsiessos, los Ileatessos, los Cilbiessos, los Curetessos, los Maesessos y los Gymetessos.
Un gráfico muestra la estructura política del Reino de Turussa, dividendo en cuatro círculos a las ninfas gobernadoras de las doce provincias, el Consejo tartússico, los túrdidas gobernadores de cada provincia y los dioses olímpicos.
Otros gráficos muestran la pirámide social del reino de Turtussa, las Instituciones del Imperio de Anakú-País de Occidente. Y termina con las genealogías de Crysador, Gedry y los Minotauros, desde Poseidón y Zeus.
Rafael Raya Rasero incluye el árbol genealógico de su vida. Y, por último, incluye más de mil setecientas entradas en el glosario onomástico y topográfico de la obra, que constituye una exhaustiva llave maestra para su uso y conocimiento.
Estamos ante un acontecimiento literario de enorme trascendencia. Un hecho histórico que desgraciadamente no tendrá el eco que merece en los medios de comunicación, las instituciones políticas y culturales… O sea, como casi siempre sucede en nuestra Andalucía. ¡Ay si en Cataluña o el País Vasco pudieran escribir sobre sus tierras lo que ha escrito Rafael Raya Rasero sobre Andalucía! La que formarían…
Este es un libro que tiene mucho tiempo por delante. Un libro que sonará bastante. Debería ser leído en los Institutos de Segunda Enseñanza de Andalucía y de toda España. Porque como dice el autor, el Imperio de Anakú es la base de Occidente, con raíces en el delta del Nilo y en Armonica. Y desde el reino de Turtussa, en tierras cordobesas, hasta el infinito. Entre olivos.
