El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, será reelegido esta semana por cuarta vez líder del PP en un Congreso Nacional que el partido afronta tranquilo y sin sobresaltos. De hecho, las principales incógnitas se centran en si la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, seguirá al frente de la secretaria general de la formación, un cargo que ocupa desde junio de 2008, y si Javier Arenas conservará un asiento en la dirección del partido.
Sin la presencia de José María Aznar por primera vez tras abandonar la presidencia de honor del PP y con las principales enmiendas a las ponencias en fase de negociación para no visualizar divisiones en el partido, el cónclave del PP será una exhibición de fuerza en torno a la candidatura de Rajoy, quien buscará lanzar un mensaje de unidad frente a la división que asola ahora al PSOE o a Podemos.
De esta forma, el próximo 11 de febrero Rajoy saldrá proclamado de nuevo líder del PP, formación que preside desde el 2 de octubre de 2004 cuando sucedió a Aznar. En su primer congreso logró el apoyo del 98,37% de los compromisarios y en 2008, cuando Esperanza Aguirre amagó con disputarle el liderazgo en Valencia, fue apoyado por el 84,24% de los delegados. En 2012, el jefe del Ejecutivo fue elegido presidente del PP con el 97,56% de los votos.
SIN PISTAS DEL NUEVO EQUIPO
Hasta ahora, Rajoy ha evitado dar pistas sobre si hará cambios en el organigrama de 'Génova 13', algo que fuentes del partido consultadas por Europa Press interpretan cómo una señal de continuidad en la dirección del PP y que empezaría por renovar su confianza en Cospedal como su 'número dos' en el PP, puesto que ocupa desde junio de 2008.
En estas semanas previas al cónclave, varias voces dentro del PP han pedido avanzar en la acumulación de cargos y en clarificar mejor las incompatibilidades, llegando a presentarse numerosas enmiendas en ese sentido. Este debate ha puesto en el foco a Cospedal, que es ministra de Defensa, presidenta de Castilla-La Mancha y secretaria general del partido.
Sin embargo, fuentes del PP consideran que Rajoy, hombre previsible y poco dado a los cambios, seguirá contando con Cospedal, en un momento en que se ha conseguido cierto equilibrio de poder con la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y cualquier movimiento podría interpretarse en clave sucesoria. Hay más dudas acerca de si la titular de Defensa conservará o no la presidencia del partido en su región.
En las filas del PP pronostican que Rajoy hará una renovación "por adición" y no descartan que recupere la figura del coordinador general que Ángel Acebes ocupó cuando Francisco Álvarez-Cascos fue nombrado vicepresidente del Gobierno. En ese escenario, en el partido apuntan a Fernando Martínez-Maillo, vicesecretario general de Organización, que tiene cada vez más peso en el partido.
Las mismas fuentes consideran que no prescindirá de ninguno de los cuatro jóvenes vicesecretarios (Martínez-Maillo, Javier Maroto, Pablo Casado y Andrea Levy), que desembarcaron en 'Génova' en junio de 2015, y vaticinan que en ese equipo seguirá también Arenas si así lo desea, dada la estrecha relación que mantiene con Rajoy.
TRANSACCIONAL PARA EVITAR PRIMARIAS
Una vez alcanzando un acuerdo con el PP de Madrid y Valencia para frenar la elección del líder del partido por 'primarias' -tras un pacto que permite que los barones regionales ser elegidos por los militantes--, la ponencia de Estatutos aún tiene encima de la mesa el debate relativo a la acumulación de cargos, un asunto que 'Génova' abordará esta semana para explorar si es posible el consenso, han indicado a Europa Press fuentes 'populares'.
El PP también tendrá que afrontar esta semana el debate sobre el humanismo cristiano en su ponencia Política y de Estatutos, que ha coordinado Martínez-Maillo. Varios compromisarios han presentado enmiendas reclamando que se incluya expresamente en el articulado -ahora solo aparece en el preámbulo-- para que tenga valor normativo y se mantenga la esencia del partido y su ideario tradicional.
En el caso de las enmiendas relativas a la limitación de cargos, el partido no tiene intención de llevar esa demanda a sus Estatutos, a pesar de que el pacto que se firmó a finales de agosto con Ciudadanos fija un mandato de ocho años. Los 'populares' esgrimen que esa limitación es propia de los regímenes presidencialistas.
LA GESTACIÓN SUBROGADA
En la Ponencia Social, el principal escollo radica en la gestación subrogada, después de que se hayan presentado enmiendas a favor y en contra de su regulación. El vicesecretario de Sectorial del PP, Javier Maroto, y su equipo están negociando las enmiendas para buscar una salida de consenso y no escenificar una foto de división.
La exdiputada y exportavoz Lourdes Méndez ha pedido expresamente que se siga prohibiendo su regulación, y hay más enmiendas en esa misma línea. Por el contrario, destacados pesos pesados del PP se han posicionado a favor de regularla, como es el caso del presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, la portavoz del grupo municipal del PP, Esperanza Aguirre, o el presidente del PP andaluz, Juan Manuel Moreno.
Los defensores de regular la gestación subrogada consideran que por una vez el Partido Popular debe ser pionero en este debate social, a diferencia de lo ocurrido en el pasado con leyes como la del matrimonio gay o el divorcio.
Otro de los bloques de la ponencia social es el relativo al aborto, después de que varios compromisarios hayan defendido la reforma de la actual ley de plazos que aprobó el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero. Los promotores de estas enmiendas defienden ir en la línea del recurso que el PP presentó al Tribunal Constitucional en junio de 2010, si bien algunos miembros del partido van más allá y piden defender el derecho a la vida desde su "concepción" a la "muerte natural".
Este tipo de enmiendas evidencian las dos 'almas' que conviven en el PP en asuntos sensibles como el aborto, algo que se visualizó el 15 de abril de 2105 durante la votación de la reforma de esa ley de plazos para impedir que las menores de 16 años puedan abortar sin consentimiento paterno.
