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Jaén

Derrota con superioridad

El cuadro de Tejada no supo aprovechar la superioridad numérica buena parte del partido

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  • En el encuentro de ayer -

Muchos de ustedes recordarán al mítico míster Helenio Herrera cuando recordaba un proverbial dicho que sostenía que “ al fútbol se juega mejor con diez que con once ” y lo cierto, real y positivo es que los de Bernardo Plaza se aplicaron lo narrado y tumbaron a los jienenses pese a jugar con uno menos durante 50 minutos. Nada más saltar al océano verde, el barco emeritense izó velas y no tardó en disfrutar de la primera oleada sobre la cueva de Felipe. Iniciaba Carlos Rodríguez las hostilidades y su pase hacia la espalda era cruzado en exceso por José Ramón Lavado (min. 6). El cuadro de la capital del Santo Reino ejercía de oyente en los albores de la batalla y apenas un suspiro después, el lateral Marín agarraba el timón, profundizaba el objeto redondo y Hugo Díaz, con Felipe Ramos descolocado de su portal, pifiaba la opción más nítida hasta la fecha. Los de Ramón Tejada estaban bien aposentados en el césped y repuestos del fragor local inaugural, sacaron pecho. Una falta algo escorada en la frontera del área blanquinegra, aterrizaba sobre el pecho coráceo de Óscar Quesada y su remate lo escupía el interior del palo. Elevación de las pulsaciones en las entrañas locales (min.16).


Tras el ímpetu de los del míster circunstancial, D. Bernardo Plaza ayer (por hoy), el Jaén dio un pequeño pase al frente. El duelo bajó su marejada inicial de ímpetu, ocasiones y corazones y derivó en una marejadilla que desembocó en una doble acrobacia de Hugo Díaz y Yacine que no pasó a mayores justo al cumplir el hemisferio de la primera entrega. El Jaén empezó a profanar territorio blanquinegro y llegó la jugada que pudo marcar el devenir del choque y echó algo de tierra a las calderas extremeñas. El franco-marroquí Yacine sacaba los colores a Ramos con un quiebro letal, el acoso y derribo del arquero como se probó en las cámaras era flagrante y el colegiado lejos de señalar los once metros, saludaba al ariete local con la segunda amarilla por simular la caída y enviarle a la caseta a seis del final. Con no mucho que aportar a esta narración se consumía el reloj de arena y los gemelos se quedaban a media asta.


Tosquedad tras el arranque
Idénticos actores volvían a ponerse a cubierta. Y en la pizarra táctica Plaza dejaba solo en la isla vertical a Hugo Díaz por el adiós de Yacine. En el aspecto balompédico, las complicaciones brillaban por su ausencia y fueron los de Tejada quienes avisaron en un saque de falta que botaba Villa y pateaba la zaga al baúl de los recuerdos en el minuto 58. Era lo único que sacó del encefalograma plano a un duelo que se anestesiaba por minutos. El Jaén, con todo atado, hizo el carrusel preceptivo de cambios y dio carrete y minutos a Mella y Vitu con veinte para la campana final. El míster local Plaza acertó de pleno con la entrada en la hierba del pelirrojo David Álvarez, que hiló fino en los minutos que pisó campo y fue un auxilio vital para Javi Chino y Antonio Romero. El cuadro andaluz no halló soluciones en vanguardia pese a sus cambios de cariz ofensivo y la parroquia del Romano vociferaba dando alas a los suyos.


El Mérida empujaba, ponía todo el carbón en sus fogones y la entrada de David Álvarez fue como la del César: llegar, besar la herbácea y brindar un pase en profundidad sobre José Ramón Lavado, que de sutil rosquita taladraba en el palo largo la red visitante. Restaban diez minutos y como era preceptivo y de imperiosa lógica, se jugó al fútbol lo justo e imprescindible. La caballería del Santo Reino avanzó sus peones todo y más pero no pudo sacar nada de provecho y regresa de vacío a tierras andaluzas ante un rival que logró su segunda victoria del curso presente.

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