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Pina: "Me gustaría seguir, pero me tengo que despedir sin quererlo"

Quique Pina, presidente del Granada en los últimos siete años, presentó este viernes su dimisión por escrito tras el cambio de propiedad en la entidad

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  • Quique Pina -

Quique Pina, presidente del Granada en los últimos siete años y que presentó este viernes su dimisión por escrito tras el cambio de propiedad en la entidad, reconoció que le hubiera "gustado seguir" al frente del club, pero que se tiene que "despedir sin quererlo", si bien dejó la puerta abierta a un futuro regreso.

Por aquí han pasado Nolito, Brahimi, Murillo, Siqueira, Mikel Rico... Si no hubiéramos sido un equipo vendedor, que tenía que hacer una plantilla nueva cada año, podíamos ser como el Villarreal, un equipo con posibilidades de estar jugando la 'Champions'

En una multitudinaria rueda de prensa, en la que le acompañaron familiares y empleados y aficionados del Granada, admitió que le resultaba "muy difícil" expresar lo que sentía y que aún no tenía asumida su salida, además de desear a su nuevo propietario, el chino Jiang Lizhang, que "consiga que este club siga y logre el objetivo que se han planteado de jugar competiciones europeas".

El expresidente le mostró su apoyo para "cuando quieran" o lo puedan necesitar y añadió que "el fútbol da mucha vueltas, ahora es normal que todos empiecen con sus personas de confianza, pero igual algún día te echan de menos y te pueden llamar, y al Granada nunca le puedes decir que no".


"Me hubiera gustado seguir con vosotros aunque haya nuevo dueño en el club. Me tengo que despedir sin quererlo", precisó Pina, que destacó que "empleados, afición y directivos" habían convertido el Granada en "una gran familia, algo muy difícil" de conseguir "en la vida, y en el fútbol más".

Pina, que se emocionó varias veces en su comparecencia, agradeció "de corazón" las muestras de cariño recibidas "en todo momento", consideró "un honor" haber representado al club durante siete años y resaltó que gozará observando "las alegrías y la felicidad" de sus aficionados porque es "un granadinista más".

Dijo que se marcha con "la tranquilidad" de que la mayoría de los empleados del club, "grandes profesionales y magníficas personas", seguirán "trabajando y demostrando lealtad" por el Granada.

Sobre su mala relación de las últimas semanas con el anterior propietario, el italiano Gino Pozzo, con el que Pina ha trabajado durante toda esta etapa, el murciano lo achacó a que necesitaba "una explicación de cómo había sido todo".

"El club pasa ahora de 18 a 42 millones por derechos de televisión y quería saber el motivo de no tener esa oportunidad de quedarme al frente si se vendía el Granada. Al final, hablamos y ya está; si los nuevos propietarios demuestran los hechos y la ilusión que hasta ahora han demostrado, estaré igualmente feliz", subrayó.

"Es muy difícil estar siete años sin pañoladas ni gritos contra el palco, y sí con cánticos a favor de un presidente. Todo eso se echará de menos porque es complicado que exista esa unidad entre afición y presidente. Estábamos en el momento de más credibilidad ante la ciudad y la afición, y hubiera sido un acierto que apostaran por quedarnos", recalcó.

A Pina le parece bien que el Granada aspire a jugar en Europa a corto plazo, aunque cree que con él también lo podía haber hecho si no hubiera sido un club vendedor desde que alcanzó Primera División.

"Por aquí han pasado Nolito, Brahimi, Murillo, Siqueira, Mikel Rico... Si no hubiéramos sido un equipo vendedor, que tenía que hacer una plantilla nueva cada año, podíamos ser como el Villarreal, un equipo con posibilidades de estar jugando la 'Champions'", dijo.

También pidió a la afición rojiblanca, que le vitoreó en varias ocasiones durante su comparecencia, que "hay que apoyar a muerte al equipo y al nuevo dueño, y aunar esfuerzos a favor del club porque con su apoyo se conseguirán muchas más victorias".

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