El Fondo Monetario Internacional (FMI) celebró el acuerdo alcanzado hoy de Argentina con los fondos de inversión acreedores como "un paso importante para su regreso a los mercados financieros", y resolver así una disputa judicial que dura 15 años, cuando el Gobierno argentino se declaró en bancarrota.
"Estamos muy animados por el anuncio de hoy de que se haya alcanzado un acuerdo entre Argentina y varios acreedores", indicó un portavoz del Fondo, que pidió el anonimato, en un comunicado enviado a Efe.
El portavoz agregó que "este es un paso importante para permitir el regreso de Argentina a los mercados financieros y restaurar su posición financiera".
Desde entonces, y como consecuencia en gran parte de esta disputa, el Gobierno argentino no ha podido recurrir a los mercados internacionales para financiarse.
El abogado Daniel Pollack, quien ha sido el mediador designado por el juez federal Thomas Griesa, en las negociaciones, anunció hoy que Argentina abonará a estos fondos acreedores la cantidad de 4.653 millones de dólares para cerrar el caso, "tanto en el distrito del sur de Nueva York (donde se llevaba la causa) como en todo el mundo".
El acuerdo alcanzado en las últimas horas es con los fondos que representan el 85 % de las reclamaciones alcanzadas por el fallo en Nueva York, incluyendo los fondos "más agresivos" como Elliot (NML/Singer), Dart (EM Limited), Aurelius, Blue Angel y Olifant (Bracebridge).
Los cuatro fondos, liderados por Elliott Management y Aurelius, obtendrán un 75 % de sus peticiones, de tal manera que la quita negociada es sensible mejor que la pactada por Buenos Aires con otros fondos menores.
El pago será en efectivo, para lo cual el ministro de Hacienda de Argentina, Alfonso Prat-Gay, aseguró hoy que no se echará mano a las reservas del Banco Central sino que hará una emisión internacional de bonos, por hasta 15.000 millones de dólares, y con lo recaudado se cancelará la deuda con los querellantes.
Las gestiones de mediación entraron en una nueva fase con la llegada en diciembre pasado a la Presidencia de Argentina de Mauricio Macri, lo que flexibilizó las opciones y permitió allanar el camino hacia el acuerdo final, tras suceder a Cristina Fernández de Kirchner, quien había mantenido una tensa relación con los fondos, que tildaba de "buitres".