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Almería

Condenado por humillar durante tres días a su esposa, a la que obligó a comer de la basura

La juez da por probado los tres días de continuas humillaciones y palizas que la mujer padeció en agosto de 2014 y señala al condenado culpable de maltrato, lesiones, amenazas y coacciones en el ámbito de la violencia sobre la mujer

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El Juzgado de lo Penal número 2 de Almería ha condenado a J.P.R., de 44 años y natural de Almería, por hasta cuatro delitos en el ámbito de la violencia machista después de que sometiera a la mujer con la que se casó a continuas vejaciones y humillaciones, como tener que comer del cubo de la basura, sobre todo durante la feria de 2014, hasta que la propia víctima lo denunció ante la Policía Nacional.

   El fallo, consultado por Europa Press, impone al maltratador un año, nueve meses y un día de prisión por los hechos al tiempo que le obliga a alejarse de ella al menos 200 metros durante siete años, tiempo en el que tampoco podrá ponerse en contacto con la mujer. Del mismo modo, le condena a 143 días de trabajos en beneficio de la comunidad y a la inhabilitación para llevar armas durante una década.

   La sentencia, dictada de conformidad por las partes y declarada firme, señala cómo el hombre ha tenido hacia la mujer un comportamiento "violento, insultante y agresivo de forma continuada" desde 2010 en adelante, de manera que la víctima fue objeto de humillaciones y amenazas, como que la "tenía que matar" o que "le iba a quitar a los niños", quienes en ocasiones, estaban presentes cuando se producían los insultos.

   El hombre, que deberá abonar a la mujer una indemnización de 7.450 euros por los daños psíquicos y las lesiones que le ocasionó, "controlaba todo lo que su esposa hacía", de forma que ella debía consultarle "todo tipo de cuestiones", desde los hijos, la vivienda, el dinero que manejaba, sus amistades y sus salidas. La mujer se vio inmersa en una depresión grave debido a la afectación de su vida cotidiana.

   La juez da por probado los tres días de continuas humillaciones y palizas que la mujer padeció en agosto de 2014 y señala al condenado culpable de maltrato, lesiones, amenazas y coacciones en el ámbito de la violencia sobre la mujer.

   El teléfono 016 es el número de información y asesoramiento jurídico para las víctimas de violencia machista. Funciona las 24 horas, es gratuito y no deja rastro en la factura telefónica. Las personas con discapacidad auditiva o del habla pueden contactar por mensaje de texto en el número 900.116.016.

"¿QUIERES SER LA PRÓXIMA VÍCTIMA DE VIOLENCIA DE GÉNERO?"

   En concreto, el hombre agredió a su mujer de camino a casa mientras le insultaba por la calle, donde la tiró al suelo y le arrancó el sujetador, mientras le recriminaba que hubiera estado bailando. Así, una vez en casa, la encerró en la habitación y le golpeó por todo su cuerpo desnudo con un cinturón que se había enrollado en la mano. Asimismo, y tras este episodio, el condenado cogió un cuchillo y "le preguntó si quería ser la próxima víctima de violencia de género".

   Después, el hombre echó a la mujer de la habitación y la obligó a dormir en el salón con las ventanas cerradas y sin aire acondicionado pese a las altas temperaturas, de modo que incluso la amenazó con volver si se atrevía a abrir aunque fuera la puerta.

   A los dos días siguientes el hombre siguió amenazando y amedrentando a la víctima, para lo que clavó un cuchillo en la mesa, tiró vasos, arrojó figuritas y "sin dejar la actitud humillante y violenta", le obligó a recoger del cubo de la basura la comida que había tirado para que se la comiera.

   La mujer, que soportó otra noche de calor en el salón, recibió llamadas y mensajes amenazadores de su marido, quien se enfadaba porque ella "no cumplía sus normas". Asimismo, fue increpada para que escribiera una carta de al menos dos folios en los que reconociera que había sido infiel a su esposo.

   Además de las múltiples erosiones, hematomas y lesiones que tardaron 15 días en curar, la víctima también fue diagnosticada de una elevada ansiedad, ánimo depresivo, sentimiento de infravaloración y autoculpa y dependencia emocional. La juez accedió a suspender la pena de cárcel por un periodo de dos años con la condición de que el condenado no volviera a delinquir.

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