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Georgia quiere ya en 2016 un plan de acción para su ingreso en la OTAN

"Tres cuartas partes de los ciudadanos de Georgia, como ocurrió en el referéndum de 2008, respaldan la entrada del país en la OTAN, y si la cumbre de Varsovia no aprueba un plan de acción, sería una enorme decepción"

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Georgia aspira a que ya en julio del próximo año la OTAN apruebe en Varsovia un plan de acción para su ingreso en la Alianza Atlántica, dijo hoy en una entrevista con Efe la ministra de Defensa georgiana, Tinatin Jidasheli.

"Tres cuartas partes de los ciudadanos de Georgia, como ocurrió en el referéndum de 2008, respaldan la entrada del país en la OTAN, y si la cumbre de Varsovia no aprueba un plan de acción, sería una enorme decepción", señala Jidasheli, la primera mujer que encabeza la cartera de Defensa en la historia del país.

Firmemente convencida de que la pertenencia a la Alianza Atlántica es la mejor garantía para la seguridad del país, se muestra optimista sobre las perspectivas de ingreso.

"Para nosotros tiene mucho valor y es muy importante que la OTAN haya abierto la puerta a Montenegro: es una clara señal a los escépticos que dudan de que la Alianza mantenga su política de puertas abiertas", sostiene.

Difiere de aquellos que consideran que la "vieja Europa" no ve con buenos ojos la entrada de Georgia en la OTAN.

"Yo no tengo esa sensación", asegura Jidasheli, que recibe a Efe en su despacho, en la sede de Defensa, situada a orillas del Kurá, el río que cruza Tiflis.

Añade que una prueba de la confianza europea en Georgia es la venta en junio pasado por Francia de "novísimos medios de defensa antiaérea, que llegarán al país próximamente y que protegerán como nunca antes se había hecho los cielos georgianos".

En el optimismo de Tiflis subyace la convicción de que la anexión de Crimea por Rusia y la implicación de Moscú en el conflicto armado en el este de Ucrania favorecerá las aspiraciones georgianas de guarecerse bajo el paraguas de la OTAN.

El rechazo abierto del Kremlin a la ampliación de la Alianza Atlántica a Georgia como a cualquier otra antigua república soviética, no inquieta a la responsable de la Defensa de Georgia, derrotada militarmente por Rusia en la guerra de agosto de 2008 por el control de la región separatista georgiana de Osetia del Sur.

"Las autoridades de Rusia ya están descontentas con la existencia misma de un Estado georgiano independiente, pero esta circunstancia no influye de ninguna manera en nuestra opción", remarcó.

En agosto próximo, Jidasheli se reunirá en Tiflis con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, quien asistirá a la inauguración de un centro de instrucción militar creado conjuntamente por la Alianza Atlántica y el Ministerio de Defensa de Georgia.

"Hemos declarado que participaremos en la Fuerza de Muy Alta Disponibilidad de la OTAN. Es nuestra voluntad política. El alcance de esa participación lo precisaremos en las conversaciones", dijo la ministra.

Georgia coopera con la Alianza en diversos programas desde 1994 y fue el país no miembro de la OTAN que más efectivos (1.700) envió a Afganistán para incorporarse a las Fuerzas Internacionales de Asistencia para la Seguridad (ISAF, por su siglas en inglés), en cuyas filas murieron 30 militares georgianos.

Pero antes de reunirse con Stoltenberg, también en agosto próximo la ministra de Defensa georgiana viajará a Washington para mantener conversaciones con su homólogo estadounidense, Ashton Carter.

"Hablaremos de todo, incluidos los temas relativos a la OTAN", dijo Jidasheli.

La ministra ve con preocupación el conflicto armado en las regiones orientales ucranianas, que son escenario de una sublevación separatista prorrusa desde hace más de un año.

"No descarto que en Ucrania vuelvan a estallar acciones militares de gran envergadura, pero quiero creer que se impondrá la cordura", manifestó.

En su opinión, el mundo hoy se encuentra bajo una "gran amenaza terrorista por parte del Estado Islámico" y Rusia no puede obviar ese peligro y, por lo mismo, "no debe entrar en una confrontación con Occidente, su aliado natural" en la lucha contra el terrorismo islamista.

"Confío en que precisamente en el ámbito de la lucha conjunta contra el terrorismo surgirá un eje para la cooperación entre Occidente y Rusia", concluye Jidasheli, quien se muestra convencida de que en Moscú "son conscientes de la magnitud de las nuevas amenazas que se ciernen sobre el mundo".

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