La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA) y la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) instaron hoy a Israel a frenar los planes para transferir a beduinos de las comunidades en las que viven en Cisjordania.
El coordinador humanitario de la ONU para los territorios palestinos ocupados, James Rawley, y el director de UNRWA para Cisjordania, Felipe Sánchez, expresaron hoy una "gran preocupación" por el avance de los planes de Israel para expulsar a esas comunidades beduinas en el centro de Cisjordania.
En un comunicado, recuerdan que el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, advirtió recientemente de que estos planes de "traslado forzoso" pueden estar conectados con "la expansión de asentamientos", lo que supondría "una grave ruptura de la Cuarta Convención de Ginebra además de la violación de múltiples derechos humanos"."
El mes pasado, beduinos de la localidad de Abú Nwar, que acoge a unas 7.000 personas en su mayoría refugiadas, fueron informados de que las autoridades israelíes han preparado un nuevo sitio para ellos, a las afueras de Jerusalén, se indica en el comunicado.
En anteriores ocasiones, los terrenos vaciados se utilizaron para construir asentamientos y la Historia "ha demostrado que los traslados no son en interés de las comunidades beduinas", se añade en la nota.
Rawley denuncia "un régimen de planificación discriminatorio que facilita el desarrollo de asentamientos ilegales israelíes a expensas de los palestinos, para quienes es casi imposible obtener permisos de construcción y que viven en un constante temor a ser expulsados y que se les demolen sus casa".
"La urbanización forzosa de las comunidades beduinas destruirá su cultura y sus medios de vida", ya que la mayoría de ellos viven del pastoreo, añade el coordinador humanitario.
Según Rawley, "las prácticas israelíes en el Área C (Cisjordania, donde Israel tiene control administrativo y de seguridad), incluido un aumento de las demoliciones y la confiscación de estructuras financiadas por donantes en el primer cuarto de 2015, ya han supuesto una situación insoportable para las comunidades beduinas".
Sánchez, por su parte, advierte de que "se está llegando rápidamente al punto del daño irreparable" y recuerda que "como potencia ocupante, Israel está obligado a garantizar el bienestar de estas comunidades y a respetar la ley internacional".
Fuentes oficiales israelíes que pidieron no ser identificadas señalaron que los planes tratan de reubicar a los beduinos porque "algunos de ellos quieren tener infraestructuras, sanidad y educación".