El modus operandi no varía. Alguien le llama para amenazarle. Le dice que han secuestrado a uno de sus seres querido y le pide dinero una operación rápida de transferencia de dinero a cambio de liberarlo.
Lo ha advertido la Policía Nacional este viernes. Los falsos secuestradores suelen pedir entre 350 y 5.000 euros por la falsa liberación de un familiar que nunca ha sido secuestrado. No es más que una estafa telefónica.
La clave, según alertan los agentes, está en lo poco y alterado que habla el interlocutor y en su preocupación por mantener a la víctima pegada al teléfono para que no pueda verificar que el supuesto raptado está bien.
Los estafadores suelen obtener datos de los falsos secuestrados a través de las redes sociales.
La Policía recomienda desconfiar de las llamadas realizadas desde número privados o desconocidos y colgar para, antes de dar ningún paso, comprobar la información recibida.