Médicos Sin Fronteras (MSF) ha alertado de que, al mismo tiempo que crecen los riesgos sobre la población civil por los enfrentamientos entre islamistas y Gobierno iraquí, aumentan también las necesidades médicas, especialmente en zonas "peligrosas" y "de difícil acceso" por los constantes combates.
El avance de los grupos armados ha empujado a miles de personas fuera de ciudades como Mosul, Faluya o Tikrit. Un equipo de MSF tuvo que abandonar el pasado 11 de junio una clínica que estaba a punto de abrir en Tikrit por el empeoramiento de la seguridad.
A pesar de las dificultades, la ONG continúa desarrollando su trabajo sobre el terreno. El coordinador general de MSF en Irak, Fabio Forgione, ha destacado el "nivel de dedicación" del personal, que continúa atendiendo a la población necesitada en una "situación desesperada".
"El número de pacientes que requieren atención de urgencia aumenta y cada vez hay menos suministros. Faltan medicamentos y suministros médicos, hay cortes de agua y luz y los altos niveles de inseguridad no les permiten moverse", ha advertido Forgione, según un comunicado de la organización.
MSF, que trata de atender a los miles de desplazados por la violencia, ha comenzado a instalar clínicas móviles en zonas del sur de Kirkuk y en la región entre Dohuk y Erbil. Realiza unas 50 consultas diarias en cada una de estas instalaciones, principalmente por enfermedades contagiosas de niños como diarrea o varicela y por males crónicos propios de adultos como hipertensión o diabetes.
Las necesidades médicas, sin embargo, "siguen estando en las zonas más peligrosas y de difícil acceso", como ha recordado Forgione. "las personas que huyen o están atrapadas por la violencia están expuestas a situaciones de salud cada vez más arriesgadas y toda la ayuda que podamos darles sigue siendo insuficiente", ha lamentado el responsable de la ONG en Irak.
MORTALIDAD NEONATAL
Irak tiene oficialmente una tasa de mortalidad neonatal de 20 por cada 1.000 bebés nacidos vivos --en España es de tres por cada 1.000--, pero el número podría ser mayor por la falta de personal sanitario experimentado y las deficiencias de un sistema sanitario aún por construir.
El hospital universitario de Al Zaharaa, el principal centro pediátrico y ginecológico de Najaf, atiende unos 25.000 partos al año, pero ha logrado reducir a 14 muertes por cada 1.000 nacidos su tasa de mortalidad. El jefe del departamento de pediatría de este centro, Raid Umran, ha destacado que, para esta reducción de la mortalidad, han sido claves la formación y la aplicación de nuevos protocolos.
Así, a pesar de que la alta carga de trabajo en la sala de partos limita la capacidad de respuesta para reducir la mortalidad, el hospital ha actuado, por ejemplo, para mejorar los cuidados neonatales en zonas como control de infección. Además, un neonatólogo está presente en la sala de partos para detectar situaciones de alto riesgo, hay un pediatra 24 horas en la sala y el resto del personal ha comenzado a recibir formación específica.
"Nuestro objetivo es reducir la tasa (de mortalidad) a menos de 10 muertes por cada 1.000 nacidos vivos en los próximos cinco años", ha explicado Umran, que cita como causas más comunes de los fallecimientos la insuficiencia respiratoria --64 por ciento-- y sepsis --12 por ciento--.
El modelo de atención nenotatal de Al Zaharaa ya está siendo imitado por otras cinco ciudades y, según el médico, "está funcionando muy bien". La formación para "gestión de crisis" en la unidad de neonatos podría extenderse también a otras zonas, ya que Umran se plantea proponer el programa al Ministerio de salud iraquí.
"Es difícil cambiar un sistema de salud a corto plazo, pero podemos mejorar las cosas en nuestro hospital y mostrar que un cambio es posible. Creo que ha llegado el momento de que Irak tire para adelante", ha subrayado.