Desde este 23 de junio y hasta el 12 de septiembre, excepto festivos, los portuenses, turistas y el público interesado, podrá visitar el Monasterio de la Victoria en horario de 10:00 a las 13:00 horas, siendo la entrada libre y gratuita.
La actividad forma parte de la programación desarrollada por la Concejalía de Patrimonio Histórico, que trata de fomentar las visitas a los monumentos y edificios con los que cuenta la ciudad. La visita, que es libre, está apoyada en una serie de pantallas explicativas que informan de los elementos y las dependencias más importantes del edificio: atrio y portada, iglesia, claustro, y salas capitulares y refectorio y torre.
Además, esta se puede completar con un video general sobre la historia del monasterio y una exposición sobre cartografía histórica. María Antonia Martínez, teniente de alcalde delegada de Patrimonio Histórico, ha señalado que “esperamos que sean muchos los portuenses y visitantes que a lo largo de este verano se acerquen al Monasterio de La Victoria, que por su bella arquitectura y su pasado tanto representa para El Puerto”.
Monasterio de la Victoria El Monasterio de la Victoria, o de Santa María de la Victoria, está considerado como el convento masculino más antiguo de la ciudad. Su construcción se inició, según consta en una inscripción en el mismo edificio, en el año de 1504.
La obra fue patrocinada por los duques de Medinaceli, señores jurisdiccionales de la población y se comenzó en tiempos del II duque, Juan. El edificio fue entregado a la recién creada orden de San Francisco de Paula, conocidos como los Mínimos de San Francisco, que se había instalado en El Puerto unos años antes bajo el amparo de la casa ducal.
Este monasterio de estilo gótico tardío, en la misma línea que otros edificios religiosos de la zona, se estuvo construyendo prácticamente a lo largo de todo el siglo XVI. Durante la Edad Moderna sufrió los efectos de la ocupación anglo-holandesa, del terremoto de 1755 y, ya en los inicios del siglo XIX de la ocupación francesa de la ciudad. T
ras la desamortización de los bienes eclesiásticos a mediados del siglo XIX pasó a manos del Estado hasta que finalmente se instaló en él la prisión central, función que ha desempeñado hasta 1980.Actualmente está declarado Bien de Interés Cultural y es uno de los edificios más singulares y llamativos de El Puerto.