La imagen de María Santísima de la Piedad volvía a la parroquia de Santa María el miércoles, coincidiendo con el comienzo de la Cuaresma. Después de dos meses en el taller del bornense Ismael Rodríguez-Viciana, la dolorosa del Miércoles Santo vuelve a ser expuesta al culto público, mostrando todo su esplendor tal y como fue concebida por su atribuido autor, Diego Roldán Serrallonga, manteniendo las facciones originales que prácticamente eran las que tenía actualmente, así como matices desconocidos, ya que gracias a la limpieza de la policromía se ha podido sacar los rubores originales en sus mejillas y ojos, la encarnadura de sus manos, así como la posición original de las lágrimas y unas pestañas acordes al contexto histórico de la imagen.
Así, también se le ha dotado de una nueva estructura interna en cedro más resistente que la anterior, y nuevas articulaciones en sus brazos, de modo que éstos tienen mayor grado de libertad de movimiento a la hora de posicionarlos. Por último, se le ha tallado parte del torso que estaba incompleto, de modo que queda perfectamente definida su cintura.
La imagen volverá vestida de hebrea por César Díaz, tal y como es preceptivo del tiempo litúrgico que se inicia esta semana, coronada por la aureola de la imagen a la que se le ha realizado una adaptación en su cogida y un plateado, todo ello por el orfebre local Andrés Vega.
La comisión encargada de la restauración de la imagen, en nombre de la junta de Gobierno,agradece tanto a Ismael Rodríguez-Viciana como a César Álvaro Díaz sus atenciones y consejos; a Francisco Andrades la disposición de los transportes de la imagen, a Andrés Vega la adaptación de la aureola, a Catalina Delgado e Isabel Ramos su colaboración, y a la familia Erdozain-Parra la donación desinteresada de la restauración de la imagen.