El pasado viernes vio la luz la segunda entrega de la revista TeVeo, en un acto pleno de originalidad, presentado por Pater Monster, que tuvo como colofón final la actuación del grupo de Rock que tributa a la mítica banda Ac/Dc, los Ts/Dc.
El acto se desarrolló en el escenario de la sala sevillana FunClub, uno de los templos del underground hispalense, que hace pocas fechas celebró el veinticinco aniversario de su apertura.
La revistilla parroquial de la Klero Borroca, como la denominan sus creadores, viene a ocupar un vacío en el panorama editorial sevillano, ya que no hay muchas publicaciones de este tipo creadas íntegramente en la ciudad.
El fanzine es totalmente fiel al espíritu underground original, transgresivo y fuera de normas de algunas de las publicaciones alternativas españolas de los años sesenta y setenta.
Se trata de una edición sin depósito legal, ni código de barras, ni ningún tipo de control institucional y por supuesto ninguna ayuda económica pública, por lo que estamos ante una revista completamente libre.
Según Rafael Iglesias, su editor, “cada autor es dueño ante Dios y ante los hombres de su propia obra, por lo que el editor no se hace partícipe de lo que se escribe o se publica en ella. Cada palo aguante su vela”. En esencia, TeVeo, es una revista que cabalga mezclando estilos de otras publicaciones como El Jueves, El Víbora y otros cómics históricos españoles que tuvieron su punto álgido en la prolífica y creativa década de los ochenta.
En esta segunda entrega, además de las publicaciones de los escritores y dibujantes de la propia redacción, destaca un cuento navideño escrito por uno de los gurús de entre los críticos musicales españoles, Oriol Llopis y un escrito del director de la prestigiosa Tebeosfera, Manuel Barrero, enriquecido con dibujos del propio Rafael Iglesias.
Personajes de ficción y otros muy reales conviven en las páginas de TeVeo, donde ni Cayetana Martínez de Irujo, duquesa de Alba; Mariano Rajoy, presidente del Gobierno español; Juan Ignacio Zoido, alcalde de Sevilla; o el mismísimo Rey de todos los españoles, Juan Carlos de Borbón, se libran de las sátiras de los que conforman el equipo de trabajo del fanzine.
Evidentemente, el carácter independiente de la publicación hace que la censura y los condicionantes, a la hora de escribir o dibujar, brillen por su ausencia y que se traten temas sociales, políticos y culturales con la máxima libertad de expresión. Algo que desgraciadamente no es muy usual en la historia reciente de la mayoría de las publicaciones españolas.