La Policía Nacional ha detenido a F. S. N, de 48 años, considerado uno de los estandartes de un conocido clan familiar de las Tres Mil Viviendas en Sevilla cuyos integrantes son protagonistas de numerosos conflictos generados en la zona contando muchos de ellos con antecedentes por delitos de distinta naturaleza como tráfico de drogas, tenencia ilícita de armas, robos…
Según ha informado la Policía en un comunicado, los agentes le dieron el alto por circular sin el cinturón de seguridad lo que dio lugar a una persecución por el barrio que acabó con la detención del delincuente tras enfrentarse a los policías contra quienes intentó usar una escopeta que llevaba preparada en un falso techo de la furgoneta que conducía.
Los hechos sucedieron mientras los agentes realizaban labores de prevención delictiva en la zona de las Tres Mil Viviendas para lo cual se había establecido un control policial que permitiera remitir el consumo de sustancias estupefacientes y en consecuencia el tráfico de drogas en este punto de la ciudad.
En el trascurso del dispositivo, los agentes dieron el alto policial de manera clara e inequívoca a un vehículo cuyo ocupante conducía sin el cinturón de seguridad puesto, siendo avisado éste con bastante antelación para que se detuviera haciendo caso omiso y arremetiendo con el coche contra uno de los agentes que formaba el control al que llegó a tirar al suelo del impacto resultando herido en varias partes de su cuerpo.
Ante este hecho, el resto de los agentes emprendieron la marcha para dar alcance al conductor evadido comenzando así una persecución por varias calles de la zona a gran velocidad y sin que el infractor hiciera caso a señales de tráfico alguna, saltándose los semáforos en rojo, los stop y causando un grave riesgo para la seguridad de los viandantes, según expone la Policía en el comunicado.
Dada la actitud del conductor que había intentando zafarse sin éxito de los policías que le perseguían, llegando incluso a frenar bruscamente para propiciar así una colisión sin conseguirlo, los agentes solicitaron refuerzos para cerrar el paso al individuo en una de las calles y poder detener la furgoneta en la que circulaba.
Una vez detenido el vehículo, su ocupante comenzó a alertar a los vecinos de las viviendas cercanas a fin de que le auxiliaran e impedir de esta forma la actuación policial obteniendo una respuesta masiva por parte de los mismos que dio lugar a una intervención policial in situ para evitar que la muchedumbre se agolpara en torno a los agentes.
Una escopeta con munición preparada para disparar
Según el relato policial, cuando uno de los agentes se aproximó al vehículo, en cuyo interior se encontraba este individuo, observó como éste intentaba coger algo del techo de la furgoneta sin que le diera tiempo debido a la intervención del policía que fue golpeado en primer lugar por la puerta del coche y que en segunda instancia tuvo que evitar que su ocupante le asestará un navajazo con un arma blanca que podría haber resultado mortal al ir dirigido al cuello.
De esta forma, el policía consiguió no sólo evitar la agresión haciendo que su agresor soltara la navaja de 16 centímetros de hoja que esgrimía, sino también consiguiendo sacarlo del vehículo y proceder a su detención para la que tuvo que ser auxiliado por varios agentes más ante la oposición y la actitud agresiva y beligerante que mostraba el arrestado.
Durante el registro de la furgoneta, los agentes descubrieron en la misma un falso techo fabricado artesanalmente que albergaba una escopeta de doble cañón del calibre 12/70, a la que el conductor intentó acceder ante la presencia de los agentes sin conseguirlo, y varios cartuchos del mismo calibre, así como una pequeña cantidad de droga.
Tras la detención, los agentes comprobaron como al ya detenido, que contaba con antecedentes policiales previos por delitos de distinta naturaleza tales como robos, tráfico de drogas, tenencia ilícita de armas o falsificación de documentos, le constaban dos requisitorias por parte de dos juzgados distintos por asuntos pendientes con la justicia.
Una vez finalizadas las diligencias policiales, durante las cuales mantuvo su actitud agresiva contra los agentes a quienes no paraba de amenazar e insultar, el detenido fue puesto a disposición de la autoridad judicial como imputado por los delitos contra la seguridad vial, atentado a agente de la autoridad y tenencia ilícita de armas, decretando su inmediato ingreso en prisión.