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Punta Umbría

Publican ?Dios deseado y deseante?, con un inédito de Juan Ramón Jiménez

Juan Ramón Jiménez ?fue el mejor poeta del siglo XX?. Así se ha expresado Joaquín Llansó tras publicar la edición crítica y fascimilar, con un inédito, de Dios deseado y deseante (animal de fondo), que pone en limpio esta obra cumbre del poeta de Moguer, en la que busca la esencia poética en diálogo

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Juan Ramón Jiménez “fue el mejor poeta del siglo XX”. Así se ha expresado Joaquín Llansó tras publicar la edición crítica y fascimilar, con un inédito, de Dios deseado y deseante (animal de fondo), que pone en limpio esta obra cumbre del poeta de Moguer, en la que busca la esencia poética en diálogo con Dios. 

Publicado por Akal, en colaboración con la Diputación de Huelva y la Fundación Zenobia-Juan Ramón Jiménez, este ambicioso volumen que ha estado a cargo de Rocío Bejarano y Joaquín Llansó, fue presentado ayer en la Residencia de Estudiantes, además de por los editores, por la representante de los herederos del poeta, Carmen Hernández-Pinzón, y por el poeta y periodista cultural Antonio Lucas. 

Este volumen, que aparece con un fuerte aparato crítico, “abre la puerta a todos los investigadores y amantes de la obra” del premio Nobel. Y una de sus grandes novedades es la inclusión de todos los facsímiles de los manuscritos que dejó escritos Juan Ramón, a mano o a máquina, y todas las variantes de los poemas. 

Además, el libro incluye un inédito. Así queda completo con 58 poemas más este nuevo texto que aportan estos dos editores, que han investigado minuciosamente y durante tres años en los archivos del poeta y principalmente en Puerto Rico, donde quedan más de 150.000 manuscritos por digitalizar. 

Dios deseado y deseante fue publicado en vida del poeta en 1949. Y en ese libro se incluían 29 poemas. Después, en una edición de 1964, Antonio Sánchez Barbudo incluyó otros 19. Y ahora se incluyen estos 58 más el inédito. 

Este nuevo volumen póstumo ha sido divido por los editores en cinco partes, a modo de diario del poeta, correspondientes a los sitios en los que el autor de Platero y yo iba escribiendo los textos. Como él mismo dejó escrito que se hiciera. 

Estas etapas están marcadas por los viajes y el mar. Primero, desde Estados Unidos hacia Argentina, después el viaje otra vez hacia arriba, Estados Unidos, y luego otra vez la bajada hacia Cuba y Puerto Rico, según recordó Bejarano, documentalista de la fundación Zenobia-Juan Ramón Jiménez. “Mar abajo, mar arriba”, matizó.

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