Antequera es tierra de devociones y en el mes de mayo la Fe se escribe en mayúsculas con la llegada del mes del patrón de la localidad, el señor de la Salud y de las Aguas. Es complicado, hasta para los mismos miembros de la hermandad, cuantificar cuántas personas acompañan cada año a esta imagen que salió el último sábado de mayo desde la iglesia de San Juan, en el barrio antequerano con el mismo nombre. Una verdadera marea humana convirtió las calles de Antequera en una gran promesa silenciosa, una tradición que se repite de madres a hijos de `alumbrar al Señor´.
“Tengo 58 años y resido en Palma de Mallorca pero la tradición que me marcó mi padre desde pequeño ha motivado mi devoción por esta imagen y es por eso que cada año estoy aquí”, declaraba Adolfo Orozco quien tiene una gran fe en este señor.
Cuenta además la leyenda que esta imagen tiene un sentido muy especial cuando se trata de pedir lluvia para el campo antequerano pero su capacidad milagrosa, según sus fieles, va mucho más allá. De ahí, que cada año vengan peregrinos desde diferentes zonas del país sólo para estar en su salida procesional.
“Cada mes de mayo, desde hace 30 años, visitamos Antequera desde Sabadell. Es muy emotivo continuar el legado familiar”, apuntó Isabel Muñoz.
