La entrada y registro por la que se detuvo a estas personas tuvo lugar el 17 de marzo de 2005. En fechas anteriores, la Policía había detectado un constante trasiego de personas en los alrededores del inmueble, supuestamente para la compra de esta sustancia. El juicio quedó suspendido en una ocasión anterior por la ausencia de un testigo solicitado por la defensa. Ahora, transcurrido un plazo superior a 30 días, ha de repetirse el proceso.
Los acusados coincidieron en afirmar que F.M.L. era consumidor habitual de cocaína, pastillas e incluso heroína desde hacía entre 25 y 30 años, y que compraba en grandes cantidades. Durante el registro se halló, además de la coca, una cantidad indeterminada de hachís, una balanza de precisión -que J.M.L. argumentó haber utilizado para pesar los alimentos-, y 36.000 euros.